FRENADO POR CRISIS
PAMELA
ZUÑIGA Q.
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12 de
agosto de 2012
CAUTELA.
Esa es la palabra que más se repite entre los
máximos ejecutivos mineros y expertos del sector a nivel mundial, al
analizar las inversiones que requieren los nuevos proyectos o las ampliaciones
de algunos yacimientos existentes. Las razones son múltiples, pero tienen como
telón de fondo la crisis financiera internacional, según han explicado en la
entrega de resultados del primer semestre.
El
mensaje que las grandes productoras de metales han entregado al mercado es
común: reevaluarán sus inversiones a futuro, analizado su nivel de rentabilidad
y se enfocarán en controlar los crecientes costos que implica poner en marcha un nuevo proyecto. En Chile
el efecto ya comienza a sentirse. La industria acumula unos US$ 100.000
millones proyectados en inversiones a 2020. De ellos, Cerro Casale, Lobo Marte
e Inca de Oro, por unos US$ 7.000 millones, están en revisión, según datos del
sector. Además, la estatal Codelco podría reestudiar la expansión de El
Salvador
ALZA DE
COSTOS
El
aplazamiento de proyectos es un fenómeno global, sostiene Juan Carlos Guajardo,
director ejecutivo del Centro de Estudios del Cobre (Cesco). Pero como Chile
concentra una de las mayores inversiones mineras del mundo puede sentir más el
efecto de la ralentización, junto con Australia y Brasil. “La revisión se ha
producido por diversas razones y no es posible generalizar, pero en algunos
casos se ha debido a cierta presión de los accionistas de privilegiar retornos
sobre el crecimiento a toda marcha”, dice.
La menor disponibilidad de financiamiento por la crisis es otro de los factores que influye en el retraso, explica el gerente de estudios del Consejo Minero, José Tomás Morel. Y agrega que otra de las causas es el aumento de costos, “que es un fenómeno mundial, aunque no uniforme en todos los países”.
En ese sentido, destaca que Chile debe mantenerse competitivo, lo cual no es fácil en un escenario donde la ley de cobre de los yacimientos pasará de un promedio actual de 0,85% a 0,67% en 2020, a lo que se suman “desventajas en la productividad laboral, altos costos de la energía y a futuro costos de agua por utilización de agua de mar”.
La menor disponibilidad de financiamiento por la crisis es otro de los factores que influye en el retraso, explica el gerente de estudios del Consejo Minero, José Tomás Morel. Y agrega que otra de las causas es el aumento de costos, “que es un fenómeno mundial, aunque no uniforme en todos los países”.
En ese sentido, destaca que Chile debe mantenerse competitivo, lo cual no es fácil en un escenario donde la ley de cobre de los yacimientos pasará de un promedio actual de 0,85% a 0,67% en 2020, a lo que se suman “desventajas en la productividad laboral, altos costos de la energía y a futuro costos de agua por utilización de agua de mar”.
En la
Sociedad Nacional de Minería (Sonami) comparten el diagnóstico. “Es prioritario
aumentar la oferta energética para disminuir los elevados costos que tiene el
país en relación con otras naciones como Perú, Brasil, Colombia o México”, dice
Alvaro Merino, gerente de estudios del organismo. En su opinión, se requieren
hasta 2.000 MW adicionales a 2020 en el sistema eléctrico del Norte Grande
(Sing) y de la zona central (SIC).
Barrick
Gold fue una de las primeras en evidenciar la tendencia de la postergación de
proyectos. Su nuevo presidente ejecutivo, Jamie Solkalsky -quien asumió hace
dos meses, tras la salida de Aaron Regent por malos resultados- informó a los
inversionistas que las ganancias cayeron 35% al primer semestre, que la puesta
en marcha de Pascua Lama, en la frontera de Chile y Argentina, se pospondrá un
año, a 2014, y que el proyecto se ha encarecido un 60%. Por ello, Standard
& Poors bajó su calificación desde A+ a BBB-.
A la par, Solkalsky anunció que se postergará la inversión de US$ 6.000 millones del proyecto de oro y cobre Cerro Casale, previsto para después de 2015 en Copiapó, donde Barrick controla un 75%. Y, al mismo tiempo, puso pausa al proyecto Dolin Gold en Alaska, por US$ 6.700 millones. “No vamos a tomar la decisión de construir en este momento, pero seguiremos avanzando en la tramitación de permisos a un costo razonable y evaluando opciones para mejorar los aspectos económicos”, dijo el ejecutivo a fines de julio.
A la par, Solkalsky anunció que se postergará la inversión de US$ 6.000 millones del proyecto de oro y cobre Cerro Casale, previsto para después de 2015 en Copiapó, donde Barrick controla un 75%. Y, al mismo tiempo, puso pausa al proyecto Dolin Gold en Alaska, por US$ 6.700 millones. “No vamos a tomar la decisión de construir en este momento, pero seguiremos avanzando en la tramitación de permisos a un costo razonable y evaluando opciones para mejorar los aspectos económicos”, dijo el ejecutivo a fines de julio.
El de Barrick
no es un caso aislado. La también canadiense Kinross dijo que aplazará su
proyecto de oro Lobo Marte, en Copiapó, por US$ 800 millones. Lo mismo está
realizando con el proyecto Fruta del Norte, en Ecuador, y Tasiast, en
Mauritania. Desde comienzos de año, cuando la empresa anunció que ralentizaría
algunas iniciativas, sus papeles en la Bolsa de Toronto han caído 29%. “Dada la
alta presión sobre los costos de capital de la industria, la compañía está
considerando opciones más pequeñas a las previstas en el estudio de
prefactibilidad de Lobo Marte”, sostuvo
la empresa el miércoles pasado.
También
en revisión se encuentra Inca de Oro, de la australiana Pan Aust (66%) y
Codelco (34%), en la misma región. La firma indicó que, de acuerdo al estudio
de factibilidad, la iniciativa por US$ 630 millones “no genera suficientes
retornos” considerando un precio de cobre promedio de US$ 3 la libra y US$
1.600 la onza de oro. La firma buscará recursos mineros de más alta ley en esa
zona, donde también tiene los depósitos Carmen y Artemisa, que podrían hacer
viable el negocio.
En el
mundo, en tanto, AngloAmerican recortó su proyección de gasto de capital un 21%
este año, a US$ 5.500 millones. La mayor parte de su reducción está en la línea
de la producción de platino.
La CEO de la minera, Cynthia Carroll, afirmó la semana pasada que “las proyecciones de la economía mundial se han deteriorado en los últimos meses. Mientras continúan los problemas estructurales en la zona euro, el crecimiento ha sido más lento en Estados Unidos y en las grandes economías emergentes como China, India y Brasil”.
La CEO de la minera, Cynthia Carroll, afirmó la semana pasada que “las proyecciones de la economía mundial se han deteriorado en los últimos meses. Mientras continúan los problemas estructurales en la zona euro, el crecimiento ha sido más lento en Estados Unidos y en las grandes economías emergentes como China, India y Brasil”.
“Muchas mineras están preocupadas por el
futuro de la economía mundial”, apunta
John Tilton, profesor de Colorado School of Mines. Añade que “en los últimos
años los precios de los metales han estado altos debido al crecimiento mundial
y a la inhabilidad de los productores de aumentar su producción para cubrir esa
demanda. Si el crecimiento mundial sigue cayendo, el valor de los metales
podría bajar fuerte”, expone.
Patricia
Mohr, vicepresidenta de Economía y Commodities de Scotiabank en Canadá,
sostiene que el próximo año la oferta de cobre podría superar a la demanda
debido a los proyectos que entrarían en producción. Añade que la ralentización
de proyectos “afectará a los que aún no se desarrollan”. Agrega que el precio
del cobre este año debería moverse en torno a US$3,65 la libra, con un mayor
consumo de China hacia fines de año, y en 2013 se cotizará a entre US$3,45 y
US$3,50.
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