EN EL PRINCIPIO
ESTÁ LA COMUNIÓN,
NO LA SOLEDAD
NO LA SOLEDAD
Reflexion
de LEONARDO BOFF (*) lboff@leonardoboff.com – Viernes 26 de octubre 2012
(*)LEONARDO
BOFF (BRASIL ) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología
de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez Merino. En 1985, la Congregación
para la Doctrina de la Fe, dirigida por el hoy Papa Benedicto XVI le silenció por un año.
La causafué su libro “La Iglesia, Carisma y Pode”, en contra de la Doctrina de
la Iglesia Católica. Profesor en teología,
ética y filosofía en Brasil. Dió conferencias en universidades como Heidelberg, Harvard, Salamanca,
Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Autor en más de 100 libros,
traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio
Right Livelihood.
Escribíamos anteriormente que Dios es
misterio en sí mismo y para sí mismo. Para los cristianos se trata de un
misterio de comunión, no de soledad. Es la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y
Espíritu Santo. La ortodoxia afirma: hay tres Personas y un solo Dios. ¿Es eso
posible? ¿No sería un absurdo 3=1? Aquí
tocamos en lo que los cristianos sobrentienden cuando dicen “Dios”. Es
diferente al monoteísmo absoluto judío y musulmán. Sin abandonar el monoteísmo,
es necesaria una aclaración de esta Trinidad. El número tres sería como la
aureola que colocamos simbólicamente alrededor de la cabeza de las personas
santas. No es que ellas anden por ahí
con esa aureola, sino que para nosotros es el símbolo que indica que estamos
delante de figuras santas. Lo mismo ocurre con el número tres. Con el
tres decimos que en Dios hay distinciones. Si no hubiese distinciones reinaría
la soledad del uno. La palabra Trinidad (número tres) está en lugar de amor,
comunión e inter-retro-relaciones. Trinidad significa exactamente esto:
distinciones en Dios que permiten el intercambio y la mutua entrega de Padre,
Hijo y Espíritu.
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