martes, 19 de febrero de 2013

EL PENSAMIENTO POLÍTICO CONVENCIONAL DE QUE “EL PODER DESGASTA”, SÓLO ES VÁLIDO EN DEMOCRACIA CUANDO SE EJERCE EN BENEFICIO DE LAS MINORÍAS ADINERADAS O CUANDO LOS PROCESOS DE TRANSFORMACIÓN SOCIAL TITUBEAN Y TERMINAN POR DETENERSE

RAFAEL CORREA:
CUATRO LECCIONES DE SU VICTORIA

Escribe ATILIO BORON (*) Fuente BLOG del autor http://www.atilioboron.com.ar/ - Lunes 18 de febrero 2013

(*) ATILIO BORON – Escritor. Economista y periodista argentino. Analista y politólogo. Director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED).  Premio Internacional de la UNESCO José Martí. Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2009. Profesor Regular Titular de Teoría Política y Social, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires desde 1986. Autor entre otros de La Filosofía Política Moderna.

La arrasadora victoria de Rafael Correa, ratifica el mandato popular para seguir  el camino trazado pero, como dijo Correa avanzando más rápida y profundo ya que los próximos cuatro años serán cruciales para asegurar lo irreversible de las reformas, con la refundación de un Ecuador mejor, más justo y más sustentable. Donde la diversidad no sea fuente de desigualdad.  Si un gobierno obedece al mandato popular y produce políticas públicas que benefician a las grandes mayorías (que al fin y al cabo de eso trata la democracia) ­­la lealtad del electorado puede darse por segura. La manipulación de las oligarquías mediáticas, la conspiración de las clases dominantes y del imperialismo se estrellan contra el muro de la fidelidad popular ante un gobierno fiel a sus mandatos. Con esta elección se supera la parálisis  generada por una Asamblea Nacional intransigente con algunas de las más importantes iniciativas de Correa. Si bien hay pocas cifras (al escribir esto) no hay dudas de que “Alianza PAIS” tendrá la mayoría, Con el triunfo de Correa, la reciente victoria de Hugo Chávez en Venezuela y la previsible de Evo Morales en Bolivia, el núcleo duro del “giro a la izquierda” experimentado por América Latina a comienzos de siglo queda notablemente fortalecido, ejerciendo un influjo favorable sobre los procesos en curso en países como Argentina, Brasil y Uruguay. Conclusión: los tiempos han cambiado.

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