jueves, 21 de marzo de 2013

ALGUNAS SEÑALES DEL PASADO

LLORA LA BIBLIA CONTRA EL CALEFÓN

Escribe ANDRÉS FIGUEROA CORNEJO – Periodista chileno de “Elobservatodo” Noticias e información de la Región de Coquimbo Chile, Coquimbo, La Serena, Ovalle, Illapel, IV Región, Cuarta Región.Columnista en Adital y otros medios. Publica “Rebelión” 20 de marzo 2013

Habitantes de Buenos Aires celebran al nuevo Papa Francisco I como si hubieran ganado la final del Mundial de Fútbol contra Brasil. “Ahora Dios atiende en Buenos Aires y es peronista”, comenta medio en broma una señora apretujada en el subterráneo metropolitano que aumenta de precio al ritmo de la devaluación de los salarios. Quien escribe se educó en Chile con los jesuitas durante la tiranía. Varios de sus sacerdotes fueron y son ardientes defensores de los Derechos Humanos. Refugiaron perseguidos políticos, ofrecieron sus dependencias para la antidictatorial Federación de Estudiantes Secundarios, se jugaron el pellejo. Pero la Compañía de Jesús también cuenta en su seno con representantes del conservadurismo más endiablado. Al igual que en Argentina. Y ocurre que el primer Papa de un país y un continente empobrecido, sí participó en la ultraderechista 'Guardia de Hierro' de los 70', sí es homofóbico, si fue amigo de la dictadura de 1976, y en particular, del representante de la Armada, Emilio Massera. Jorge Bergoglio nació en un territorio dependiente, saqueado, expoliado antes y ahora mismo; una Argentina quebrada, primero agroextractiva, donde la mayoría de los migrantes fronterizos realizan los peores trabajos, y sólo en la Capital existen más de 5 mil talleres clandestinos en los cuales incontables bolivianos son víctimas de la esclavitud laboral. El 55 % de los asalariados en Argentina obtiene la mitad del costo de una canasta familiar básica y hay 600 mil niños desnutridos. Geopolíticamente, América Latina es suelo impredecible para la hegemonía imperialista del capital. Su historia es la historia de las rebeliones,   Continente de la Teología de la Liberación y la Teoría de la Dependencia. De Mariátegui, Guevara, Allende, Chávez;  Francisco I es un conciliador social, un mediador sincrético para enfriar el calor popular y alentar la caridad analgésica. Un bombero para mantener el injusto y transitorio orden de las cosas.

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