jueves, 11 de abril de 2013

CUANDO JOVEN LE DIJERON QUE LA VIDA CONSISTE EN SERVIR, NO EN DISFRUTAR. NO ESTABA ORGULLOSO DE HABERLO CONSEGUIDO SINO DE INTENTARLO…

JOSÉ LUIS SAMPEDRO:
UN METAECONOMISTA Y UN TRANSPROFESOR


Escribe JOSÉ GÓMEZ SERRANO Madrid - Director del Departamento de Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid- Publica “Publico.es” 10 de abril 2013

Hoy se multiplican las voces de reconocimiento a José Luis Sampedro al conocerse la noticia de su muerte. Fue pionero en la universidad española en la formulación y defensa del enfoque estructural para análisis económico. La existencia de rupturas y conflictos, de intereses e ideas contrapuestas De grupos y clases sociales, de posiciones de mercado heterogéneas, de un acceso diferenciado al progreso técnico o de mediaciones políticas e institucionales que influyen en la actuación de todos los actores Empresarios, trabajadores ahorradores y consumidore. Eso  convierte a la economía "realmente existente" en una realidad social compleja y dinámica que la perspectiva estructuralista promovida por nuestro primer catedrático intenta captar en su integridad. Sampedro indicó en su memorable lección magistral que impartió con motivo de su jubilación: "Me dediqué a repasar la historia de la teoría económica y especialmente la obra de los "disidentes": los históricos, los institucionalistas, el marxismo, incluso los estructuralistas franceses que estaban entonces más de moda de lo que a mi juicio merecían". No es de extrañar que sus clases tuvieran el "sabor a realidad" y "sensibilidad humanista" propio de los autores clásicos de la economía política.” De ahí que su visión de la economía tuviera tres
rasgos distintivos que no deberíamos perder quienes nos dedicamos a su docencia: el espíritu crítico, la visión amplia y la pasión por lo humano. No había en sus explicaciones cabida para la ingenuidad, el sectarismo ideológico o la asepsia tecnocrática. Pues si merece la pena estudiar economía no es para encontrar los mecanismos y tretas más astutos para enriquecerse a costa de los demás -lo que conduce al desastre colectivo como la crisis actual no deja de recordarnos-, sino para encontrar caminos que permitan a todos los seres humanos satisfacer adecuadamente sus necesidades básicas de un modo equitativo. Más joven de espíritu que muchos de los que le sobrevivimos, era una chispa de alegría y optimismo en un mundo al que esas actitudes le faltan a raudales y por eso hoy somos muchos los que nos sentimos un poco huérfanos
(La nota completa de José Gomez Serrano)

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