miércoles, 17 de abril de 2013

CUANDO LAS CIFRAS SON MÁS APRETADAS, DAN UNA PATADA A LA MESA.

CAPRILES, EL PP 
Y EL FASCISMO DE SIEMPRE

Escribe JUAN CARLOS MONEDERO (*) Fuente “Publico.es” 17 de abril 2013

(*) JUAN CARLOS MONEDERO (Madrid) es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. Hizo sus estudios de posgrado en la Universidad de Heidelberg (Alemania), y ha sido profesor invitado en el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Humboldt de Berlín (dirigido por el profesor Claus Offe).

La derecha cree que el poder le pertenece. Cuando salen electoralmente de los palacios de gobierno, suelen desconocer las elecciones. Primo de Rivera, Franco, Pinochet, Salazar, Videla, Carmona… Desde que desapareció la URSS, la derecha del fin de la historia creyó que ya no tenía adversarios. Chávez les descuadró las cuentas. Por eso aplicaron en Venezuela todas las tretas. Pero el proceso bolivariano las derrotó todas, incluido el golpe tradicional. Tuvieron que ponerse la máscara de demócratas. Cuando les sacas diez puntos, parece que no les queda otra que aguantarse. Eso sí, no sin intentar enturbiar los procesos electorales. Cuando las cifras son más apretadas, dan una patada
a la mesa. Algo que nunca ocurre cuando el mismo caso ocurre en la dirección contraria. Todos los grupos de observación internacional en Venezuela expresaron este 15 de abril sus conclusiones sobre las elecciones presidenciales: han sido elecciones limpias, transparentes, fiables, en conclusión, expresión veraz de la voluntad popular. Todos los grupos han coincidido. Observaciones internacionales donde están ex Presidentes de los tribunales electorales de América Latina. Incluidos los de países donde se desarrollan sistema políticos bien diferentes, como Colombia o México. Capriles quiere desconocer estas declaraciones colectivas prestigiosas, y se ha apoyado en individualidades (un eurodiputado del PP que lleva diez años haciendo las mismas declaraciones), o en un par de gobiernos que suelen pecar de los mismos excesos. Qué curioso, los de los dos países que reconocieron como Presidente al golpista Carmona en abril de 2002. El gobierno español de Aznar (hoy de su delfín, Mariano Rajoy) y los Estados Unidos de la doctrina Monroe (da igual que el inquilino de la Casa Blanca sea Bush o sea Obama).

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