COMO ESTRATEGIA GOLPISTA
Escribe
ÁNGELES DIEZ (*) Fuente “Rebelión” Miercoles 17 de abril 2013
(*)
ÁNGELES DIEZ- Periodista, ecritora. Doctora en Ciencias Políticas y Sociología es profesora del
Depto de Sociología I (Cambio Social) de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociología de Valencia. Se ha especializado en Técnicas de
manipulación de la información.“Si algo distingue al fascismo y
al imperialismo como técnicas de infiltración es precisamente su empleo
tendencioso del lenguaje” ha escrito. Columnista en medios de Améérica y
Europa.
Hace
unos días señalé que los medios de comunicación españoles dejaban entrever dos
escenarios posibles en Venezuela, uno era preparar la justificación de la
derrota, el otro, preparar un golpe de Estado. La victoria de Maduro por un margen menor del esperado ha decantado
el tablero de guerra en la segunda dirección. Hay que tener en cuenta que este
plan B de la oposición venezolana ha sido siempre el plan A de las oligarquías
y del imperio pero el carisma y el liderazgo del presidente Chávez, así
como la construcción de un proyecto de hegemonía popular, le hacían ganar las
elecciones con un margen suficiente como
para que la estrategia del golpe fuera arriesgada –la relación costes-
beneficios era desfavorable en una situación de guerra civil-; digamos que la
correlación de fuerzas estaba demasiado escorada hacia el proyecto bolivariano.
Después del fracaso del golpe de abril del 2002 y la huelga petrolera
contra el gobierno de Chávez la oposición, probablemente con
el adecuado
asesoramiento externo, ha entendido que el “clásico” golpe latinoamericano
debía ser matizado, diversificado y adaptado a la coyuntura. Conseguir un resultado ajustado ha
formado parte de la construcción de las condiciones preparatorias de un golpe
de Estado con posibilidades de triunfar. Para lograrlo el trabajo de las
corporaciones mediáticas es fundamental, no suficiente sin duda, pero
imprescindible en su tarea de bombardeo de conciencias y del sentido común.
En un país como Venezuela con el 80% de los medios en manos de la oposición
(aproximadamente un 70% de las audiencias) podemos decir que la artillería
disparaba en casa. Fuera de Venezuela
las corporaciones mediáticas, en general, comparten intereses con sus pares
venezolanos o tienen capital norteamericano. Durante años han cañoneado sobre
la credibilidad del proceso electoral, generando dudas, cuestionando al CNE,
alimentando rumores y temores y mintiendo abiertamente.
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