¿POR QUÉ ESTAMOS
ANTE UN NUEVO CRIMEN SOCIAL?
ANTE UN NUEVO CRIMEN SOCIAL?
Escribe
GONZALO SANZ CERBINO (*)Licenciado en Historia, es integrante
del Centro de
Estudios e Investigación en Ciencias Sociales/Razón y Revolución].Fuente ANRed
- Agencia de Noticias Red Acción – Adital- 5 de abril 2013
Parece
mentira que en pleno siglo XXI, en el corazón del capitalismo argentino, una
lluvia más abundante de lo normal haga colapsar el territorio y arruine la vida
de miles de personas que ven como lo acumulado durante toda una vida de trabajo
se va con la corriente. Peor aún: ya
hay casi 60 muertos y todavía no bajó el agua. En los próximos días la cifra
seguramente se elevará. Los gobernantes de los territorios afectados, más que
explicaciones, dieron excusas. Tanto en la capital como en la provincia
hay zonas inundables y zonas que no lo son: si no se ocuparan las zonas bajas,
no habría
inundados. A su vez, la
intervención del hombre sobre esos espacios puede modificar la forma en que se
absorbe el agua de lluvia. La intervención humana, eliminando zonas naturales
de absorción, puede convertir una zona en inundable. En este sentido, estas
muertes tienen causas sociales antes que causas naturales. La Plata,
por ejemplo, los patrones capitalistas de ocupación del espacio sancionan
(mercado mediante) que la burguesía podrá acceder a las tierras más caras que,
entre otras cosas, son las que no se inundan. Los obreros se irán ubicando en los márgenes, allí donde no llegan
los servicios y donde una lluvia se lleva todo, incluso
vidas. En ellas ningún político se molestará en hacer obras de infraestructura para evitar anegamientos: que se inunden se ha convertido en la norma. Otros fenómenos que tienen que ver con la ocupación capitalista del espacio operan haciendo que ciertas zonas sean más propensas a inundarse ante tormentas fuertes. Arquitectos e ingenieros coinciden en señalar que la expansión urbana va reemplazando a su paso terrenos que filtran el agua (espacios verdes, por ejemplo), por terrenos impermeables (cemento). A su vez, la construcción de los cimientos de edificios interpone barreras subterráneas a la circulación y el drenaje del agua de lluvia. Por otro lado, algunas obras públicas (plazas secas, reemplazar empedrado por asfalto) contribuyen a la impermeabilización de los terrenos y la contracción de los drenajes naturales.
vidas. En ellas ningún político se molestará en hacer obras de infraestructura para evitar anegamientos: que se inunden se ha convertido en la norma. Otros fenómenos que tienen que ver con la ocupación capitalista del espacio operan haciendo que ciertas zonas sean más propensas a inundarse ante tormentas fuertes. Arquitectos e ingenieros coinciden en señalar que la expansión urbana va reemplazando a su paso terrenos que filtran el agua (espacios verdes, por ejemplo), por terrenos impermeables (cemento). A su vez, la construcción de los cimientos de edificios interpone barreras subterráneas a la circulación y el drenaje del agua de lluvia. Por otro lado, algunas obras públicas (plazas secas, reemplazar empedrado por asfalto) contribuyen a la impermeabilización de los terrenos y la contracción de los drenajes naturales.
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