HAITÍ:
UN PAÍS MAQUILA
QUE NO TIENE QUÉ COMER
Varias
fuentes, material de archivo - Equipo de “OTRAMERICA” http://otramerica.com/
Especial sobre Haiti – Lunes 8 de
abril 2013
Hace
30años, los asesores haitianos y estadounidenses del dictador Jean-Claude
Duvalier compartían la misma visión del futuro de Haití: el país debería ser el
“Taiwán de El Caribe”. Es decir: un
gigantesco complejo de maquilas que garantizaría salarios de miseria en las
industrias de textil, electrónica y de fabricación de implementos de béisbol de
Estados Unidos. La ‘reconstrucción’ del país va por el mismo camino. Los
“amigos de Haití” y el gobierno haitiano
cambian la producción de alimentos por la
instalación de maquilas con salarios
de hambre. Tres décadas después de esta visión, el gobierno de Michel
Martelly, la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIRH), el
Departamento de Estado de Estados Unidos, el Banco Mundial (BM), el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), otras instituciones financieras
internacionales, George Soros y otros
actores implicados en la ‘reconstrucción’ de Haití planean lograr que 200 o
quizás 500 mil obreras y obreros haitianos trabajen con salarios de hambre en
las “zonas francas” y en los “parques industriales” (eufemismo para nombrar las
maquilas donde se ensamblan piezas importadas libres de impuestos, que a su vez
serán re-exportadas sin pagar impuestos).Evelyne Pierre-Paul a Ayiti
Kale Je (AKJ). Evelyn tiene 50 años y tres hijos. Antes del terremoto de enero
de 2010 vivía en un cuarto de alquiler. Veintidós
Los
Clinton, durante la inauguración
del parque industrial Caracol,
el proyecto
estrella de la "reconstrucción"
|
meses después del seísmo, ella y su familia continúan hacinados en
una tienda en uno de los sórdidos campos de refugiados de Puerto Príncipe. Su
salario es de 225 gourdes (4,69 $US) por día. Esa suma no alcanza para cubrir
ni siquiera la mitad de los gastos básicos de una familia. Por eso, no todos
los hijos de Evelyne Pierre-Paul pueden ir a la escuela. “El día de pago,
después de cubrir las deudas no me queda casi nada”, explica Evelyn, que cose vestidos para One World
Apparel, una fábrica gigantesca donde las obreras y obreros cortan y cosen
vestidos para K-Mart, Wal-Mart y algunas compañías que venden uniformes. Según
Ayiti Kale Je (AKJ), en 2011, había en las maquilas haitianas cerca de 29 mil
trabajadores, de los cuales el 65% son mujeres, que cortaban y cosían vestidos
para Banana Republic, Gap, Gildan Activewear, Levis y otras marcas. La agencia
haitiana señala que su salario es más bajo que en los tiempos de la dictadura
de “Bebé Doc”.
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