martes, 9 de abril de 2013

LOS “AMIGOS DE HAITÍ” Y EL GOBIERNO HAITIANO CAMBIAN LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS POR LA INSTALACIÓN DE MAQUILAS CON SALARIOS DE HAMBRE.

COLONIALIDAD
HAITÍ: UN PAÍS MAQUILA 
QUE NO TIENE QUÉ COMER

Varias fuentes, material de archivo - Equipo de “OTRAMERICA” http://otramerica.com/  Especial sobre Haiti –  Lunes 8 de abril 2013



Hace 30años, los asesores haitianos y estadounidenses del dictador Jean-Claude Duvalier compartían la misma visión del futuro de Haití: el país debería ser el “Taiwán de El Caribe”. Es decir: un gigantesco complejo de maquilas que garantizaría salarios de miseria en las industrias de textil, electrónica y de fabricación de implementos de béisbol de Estados Unidos. La ‘reconstrucción’ del país va por el mismo camino. Los “amigos de Haití” y el gobierno  haitiano cambian la producción de alimentos por la

Los Clinton, durante la inauguración 
del parque industrial Caracol, 
el proyecto estrella de la "reconstrucción"
instalación de maquilas con salarios de hambre.
Tres décadas después de esta visión, el gobierno de Michel Martelly, la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIRH), el Departamento de Estado de Estados Unidos, el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), otras instituciones financieras internacionales, George Soros y otros actores implicados en la ‘reconstrucción’ de Haití planean lograr que 200 o quizás 500 mil obreras y obreros haitianos trabajen con salarios de hambre en las “zonas francas” y en los “parques industriales” (eufemismo para nombrar las maquilas donde se ensamblan piezas importadas libres de impuestos, que a su vez serán re-exportadas sin pagar impuestos).Evelyne Pierre-Paul a Ayiti Kale Je (AKJ). Evelyn tiene 50 años y tres hijos. Antes del terremoto de enero de 2010 vivía en un cuarto de alquiler. Veintidós
meses después del seísmo, ella y su familia continúan hacinados en una tienda en uno de los sórdidos campos de refugiados de Puerto Príncipe. Su salario es de 225 gourdes (4,69 $US) por día. Esa suma no alcanza para cubrir ni siquiera la mitad de los gastos básicos de una familia. Por eso, no todos los hijos de Evelyne Pierre-Paul pueden ir a la escuela. “El día de pago, después de cubrir las deudas no me queda casi nada”, explica  Evelyn, que cose vestidos para One World Apparel, una fábrica gigantesca donde las obreras y obreros cortan y cosen vestidos para K-Mart, Wal-Mart y algunas compañías que venden uniformes. Según Ayiti Kale Je (AKJ), en 2011, había en las maquilas haitianas cerca de 29 mil trabajadores, de los cuales el 65% son mujeres, que cortaban y cosían vestidos para Banana Republic, Gap, Gildan Activewear, Levis y otras marcas. La agencia haitiana señala que su salario es más bajo que en los tiempos de la dictadura de “Bebé Doc”.

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