viernes, 26 de abril de 2013

LAS POSESIONES DEL MIGRANTE SON LAS DEL DÍA. LA ROPA PUESTA, LA QUE SE SECA EN LAS RAMAS DE UN ÁRBOL, UNOS CIGARRILLOS, UNA RADIO A PILAS, UN PELUCHE SUCIO

HAY VIDA EN LA CALLE


Escribe SILVANA MELO (*)  F uente ARGENPRESS -  Agencia APE Jueves 25 de abril 2013

 (*) SILVANA MELO nació en Olavarría el 30 de agosto de 1961. Es periodista gráfica y radial, escritora y militante social. Tiene a su cargo la Agencia de Noticias “Pelota de Trapo” (APE). agenciapelota@pelotadetrapo.org.ar  . que tiene su campo de acción en areas carenciadas y marginadas recibiendo el Primer Premio Infancia 2005 en la categoría Medio de Comunicación, instituido por la Comunidad de Madrid, España.

El colchón tiene de colchón sólo una gomaespuma poceada y dura. Se lo ata a la espalda en su normalidad nómade y de vez en cuando encuentra un resguardo. Que es ocasional. Nada más que ocasional. Y lo sabe, por eso no atesora cosas. Toda su historia entera, su vida vieja de medio siglo entra en una bolsa de frávega. Hoy tiró el colchón en la puerta del bar karaoke que suele funcionar los fines de semana. Está justo en la esquina de las dos avenidas, en Avellaneda: a la izquierda está la capital. A la derecha Lanús este. Sabe que tiene tres o cuatro días de tregua, si no aparece la bonaerense o los gendarmes o la camioneta municipal. Las
posesiones del migrante son las del día. La ropa puesta, la que se seca en las ramas de un árbol, unos cigarrillos, una radio a pilas, un peluche sucio. Su intimidad es la de la intemperie. Vaciará los intestinos detrás de un biombo de cartón que se supo armar para preservarse. Hará el amor en el colchón de la vereda, si es que hay amor. Será violento mientras lo miran los que pasan. Llorará delante del mundo La Palma. Suele estar muy sucio y no tiene alternativas. Con una gorra visera se lo vio en estos días (quién sabe dónde lo estará llevando la vida en este minuto) en las plazoletas centrales de la avenida Remedios de Escalada. En una esquina, al borde de un pozo mal tapado con huellas de Edesur. Hace tres o cuatro días estaba sentado en su territorio elegido. Con cuatro ladrillos armó una cocina y el fueguito ardía todavía.
(Nota completa de Silvana Melo)

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