Escribe
OSVALDO BAYER (*) Historiador y periodista argentino. Fuente
“Pagina 12” 30 de
marzo 2013
(*) OSVALDO JORGE BAYER (Santa Fe,
Argentina, 18 de febrero de 1927) es un historiador, escritor y periodista
anarquista argentino. Vive en Buenos Aires.
Uno de los intelectuales más consecuentes de la Argentina. El
historiador de 81 años, autor de La Patagonia rebelde ha dicho que "Este
país no tiene nada que ver con el que yo soñé. Es increíble la irracionalidad
del mundo. Pero el hombre persiste. Sigue rigiendo la ley del dinero. Más
dinero, más poder. Así de sencillo.
El
lunes pasado asistí, aquí en Buenos Aires, a uno de los actos más
plenos de
coraje y constructivos de los que he vivido en mi larga vida. El realizado en la Comisión Nacional de
Valores, en la calle 25 de Mayo, plena de bancos y de vida financiera y de negocios.
Se presentó allí un informe acerca de “Economía política, sistema financiero y
dictadura”. Por primera vez una investigación a fondo de los delitos
económicos cometidos por la última dictadura militar. Delitos que beneficiaron a militares y a los civiles
colaboracionistas de la dictadura, casi todos ellos, empresarios de gran fuste.
Sí, por primera vez se investiga este aspecto de la última dictadura que, a la
vez que hacía desaparecer a seres humanos, se quedaba, en el caso de
empresarios, con su fortuna, sus propiedades, sus acciones. Como digo siempre: en mis 86 años he
conocido trece dictadores. Todos ellos, después de finalizar su poderío
murieron pacíficamente en sus domicilios, gozando de sus sueldos de generales y
almirantes y, por supuesto, de sus títulos militares. Esta es la primera vez
que los dictadores y sus secuaces están en cárceles comunes y se investigan los
delitos económicos cometidos durante sus mandatos. La única vergüenza
para la Etica ha sido que Martínez de Hoz, el secuaz más penetrante de ese
período de violencia e injusticia, murió en su edificio, el más lujoso de
Buenos Aires, el Cavanagh. Y aquí la
pregunta es: por qué si las cárceles argentinas todas tienen instalaciones
médicas no se lo envió a una de esas enfermerías carcelarias. No,
Martínez de Hoz murió en su cama y en su edificio de aristócrata.Pero vayamos
al informe de la Comisión de Valores. Ese informe fue elaborado por tres
profundos investigadores: Celeste Perosini, Walter Bosisio y Bruno Napoli.
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