lunes, 27 de mayo de 2013

TODO SE CONVIERTE EN INSTRUMENTO PARA UNA FINALIDAD.

SÓLO UN DIOS 
PUEDE SALVARNOS


Escribe LEONARDO BOFF (*) lboff@leonardoboff.com   
Viernes 24 de mayo 2013


 (*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. n 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de, ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Escribió más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood

La crisis de nuestra civilización científico-técnica exige más que explicaciones históricas y sociológicas. Reclama una reflexión filosófica que
 desemboca en una pregunta teológica. Quién lo vio claramente fue Martín Heidegger (1889-1976), conferencia en Munich en 1955 "Sobre la cuestión de la técnica" en la que estuvieron presentes Werner Heisenberg y Ortega y Gasset, dejó claro el riesgo que corren el mundo natural y la humanidad cuando se dejan absorber totalmente por la lógica intrínseca de este modo de pensar y actuar que interviene y manipula el mundo natural hasta sus últimas capas, para sacar beneficios individuales o sociales. La cultura científico-técnica ha penetrado tan profundamente en la comprensión de nosotros mismos que ya no podemos entendernos ni vivir sin esta muleta introyectada en nuestro propio ser y estar en el mundo. Nos separamos del
  mundo natural para entrar profundamente en el mundo artificial. Hemos perdido la relación orgánica con las cosas, las plantas, los animales, las montañas y los propios seres humanos. Todo se convierte en instrumento para una finalidad. No vemos al ser como una persona portadora de un propósito, sino su fuerza de trabajo, ya sea física o intelectual, que puede ser explotada. Si se puede hacer algo se hará sin ninguna justificación ética. Si podemos desintegrar el átomo no hay por qué no hacerlo y construir la bomba atómica. Si podemos
tirarla sobre Hiroshima y Nagasaki, ¿quién lo impedirá? Si puedo manipular el código genético, no hay límite moral o ético que lo pueda restringir. Y hacemos las experiencias que nos parecen interesantes y útiles para el mercado y para una cierta calidad de vida. Heidegger nos advierte que la tecnociencia ha creado en nosotros un dispositivo (Gestell ), una forma de ver que ha colonizado todos los espacios y sometido todos los saberes.

( La reflexión de Leonardo Boff )

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