viernes, 14 de junio de 2013

FRANCISCO DE ROMA… ¿ESTARÁ ENFRENTÁNDOSE A SU “GRAN TENTACIÓN”?

LA "TENTACIÓN" DE FRANCISCO DE ASÍS 
Y LA POSIBLE "TENTACIÓN" 
DE FRANCISCO DE ROMA


Escribe LEONARDO BOFF (*) lboff@leonardoboff.com   9 de junio 2013

(*) LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. n 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de, ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Escribió más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood

No imaginemos que los santos y santas están libres de las vicisitudes del común de la humanidad, que conoce momentos de alegría y frustración, tentaciones peligrosas y superaciones valerosas. No fue diferente en San Francisco, presentado como «el hermano siempre alegre», Pero, al mismo tiempo, era una persona de grandes pasiones e ira profunda cuando veía sus ideales traicionados por sus hermanos. Hay, sin embargo, un hecho que la historiografía piadosa del franciscanismo oculta, pero está bien documentado por la crítica histórica, y es conocido con el nombre de «la gran tentación». Los últimos 5 años de la vida de Francisco (muerto en
1226) estuvieron marcados por angustias profundas, casi desesperación, y enfermedades graves que lo afligían, como la malaria y la ceguera. El problema era objetivo: su ideal de vida era vivir en extrema pobreza extrema, sencillez radical y despojado de todo poder, apoyado sólo en el Evangelio leído sin interpretaciones que suelen desfibrar su sentido revolucionario. Sucedió que en unos pocos años su estilo de vida cautivó a miles de seguidores, más de cinco mil. ¿Cómo albergarlos? ¿Cómo darles de comer? Muchos eran sacerdotes y teólogos como San Antonio. Su movimiento no tenía una estructura ni legalidad. Era un puro sueño tomado en serio. El mismo Francisco se entiende como un «novellus pazzus», como un «nuevo loco» que Dios quería en la Iglesia riquísima, gobernada por el Papa Inocencio III, el más poderoso de todos los papas de la historia.

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