lunes, 3 de junio de 2013

JUAN M. SANTOS, LA CONJURA CONTRA VENEZUELA Y LA ALIANZA DEL PACÍFICO

LA ESTRATEGIA PARA DESGASTAR 
EL CHAVISMO  EMANA DE  WASHINGTON


Escribe 
ATILIO A BORON (*)   
BLOG del autor  http://www.atilioboron.com.ar/ Domingo 2 de junio 2013

(*) ATILIO BORON – Escritor. Economista y periodista argentino. Analista y politólogo. Director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED).  Premio Internacional de la UNESCO José Martí. Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2009. Profesor Regular Titular de Teoría Política y Social, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires desde 1986. Autor entre otros de La Filosofía Política Moderna.

Todo acuerdo económico es a la vez un compromiso político. El pensamiento neoliberal usa opciones políticas ( promover un modelo económico que enriquece  a los ricos y espolia a los pobres) como un cálculo técnico o de una racionalidad abstracta, cuando lo cierto es lo contrario. Al  recibir al  candidato de la derecha venezolana, Henrique Capriles, el presidente Santos le confirió legitimidad a sus escandalosas denuncias. Se alineó con el líder del ala fascista y más radical y golpista de la derecha venezolana. ¿Sólo con ésta? No,  la estrategia del antichavismo 
expresión de las directivas que emanan desde Washington para concretar
su proyecto destituyente y tratar de borrar al chavismo de la faz de la tierra. El sueño imposible del imperio es restablecer en Latinoamérica una situación anterior a la Revolución Cubana, cuando las órdenes de la Casa Blanca eran obedecidas sin chistar por los gobiernos de la región. Este es el sentido fundamental de la tan publicitada y alentada Alianza del Pacífico conformada por México, Colombia, Perú y Chile, que a instancias de Washington organizó nada menos que siete Cumbres en poco más de un año. El objetivo de este hiperactivismo diplomático es principalmente político y, en menor medida,
económico. Lo primero, porque pretende rehacer el mapa sociopolítico regional acabando con los gobiernos de los países del ALBA e inclusive con sus aliados, como los de Argentina y Brasil, “cómplices” según Washington de la derrota del ALCA. Y en lo económico, porque la AP es la más importante pieza de la contraofensiva imperialista destinada ahora, ya mismo, a concretar un ALCA con otro nombre y, a la vez, para potenciar el papel de “caballos de Troya” que Washington les tiene asignados a los gobiernos de la AP para socavar desde dentro a proyectos que suscitan el visceral rechazo de la Casa Blanca como la UNASUR, la CELAC y, en menor medida, el Mercosur.
( La nota completa de Atilio Borón )

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