PODER DETRÁS DEL TRONO:
MERCADO Y PROVINCIANISMO
LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ (*) Fuente ARGENPRESS.info.
Martes, 18 de junio de
2013
(*) LUIS E. SABINI
FERNÁNDEZ - Periodista y escritor especializado en cuestiones ambientales y de
cultura y vida cotidiana; a cargo del seminario de Ecología Escritor. Autor
de “Genética y socialismo: la ideología
configurando ciencia y política” (Imago.Mundi) La expansión de
la soja en
los campos de Uruguay es avasallante. Lo que también se llama sojización del
agro. El negocio del capital, imperar sobre la vida. Matar la vida: el negocio
(del) capital.
Como
prueba y expresión del autismo planetario que vive Argentina en particular y la
“República Unida de la Soja” (1) en general, los debates de hace apenas un mes
entre los gobiernos ruso y estadounidense sobre la progresiva extinción de las abejas ha sobrevolado nuestras
ausentes cabezas, como si la fumigación aérea que se ha enseñoreado en “el país
de la soja” hubiese hecho ya efecto adentro de ellas. En efecto, Putin
acaba de ponerle un ultimato a Estados Unidos conminando a su gobierno a que
disponga medidas contra los gigantes de la ingeniería genética que se han ido
adueñando de la agroindustria sobre la base de semillas transgénicas. Los dirigentes rusos declaran estar
más
que preocupados por la desaparición manifiesta de abejas. Se estima que en
Estados Unidos han desaparecido masivamente. Y lo mismo se reconoce en diversos
mapeos europeos. Suponemos que los rusos han registrado algo similar. Dando
prueba de su capacidad de reacción (ya veremos de dónde proviene tanta
“capacidad”) Monsanto ha hecho públicos dos “acontecimientos”: en primer lugar
ha comprado la compañía que investiga (¿aba?) la desaparición de abejas. La empresa se denomina (¿aba?) Beeologics
y estaban empeñados en crear un medicamento antivirósico puesto que habían
llegado a la conclusión de que las abejas están desapareciendo masivamente por
la pérdida del sentido de orientación (que hace que en lugar de un 100% o un
99% a veces no lleguen a un 6% de retorno) provocado… por un virus. Otras
investigaciones que trabajan sobre el mismo problema, la extinción galopante de
abejas
, dudan de la existencia de semejante virus (y por lo tanto del valor, de
la posibilidad, de un agente antivirósico) porque abonan otra pista:
alteraciones sufridas por las abejas provenientes de… agrotóxicos. Que existen
en el polen de las flores que liban las abejas y que las desorientan. Y por lo tanto, el avance de la
agroindustria con su consiguiente “paquete tecnológico” con venenos incluidos
sería el causante directo del abejicidio. Gran parte de tales agrotóxicos son
producidos, en el mundo entero, por Monsanto (“escoltado” por Syngenta, Bayer,
Dupont y un corto etcétera). La pregunta del millón es: ¿a santo de qué
Monsanto pudo tener interés en comprar Beeologics?
(
nota completa de Luis Sabini)
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