EL FIN DEL CONSENSO LULISTA
Escribe
RAÚL ZIBECHI (*) Fuente “Gara” http://gara.naiz.info/ Lunes 7 de julio 2013
(*)
RAÚL ZIBECHI- Uruguayo (1952) Periodista, docente, investigador y escritor uruguayo, analista internacional [Voltaire] en
julio de 2003 el Premio José Martí por sus crónicas sobre la Argentina. En
diversos medios del continente y del exterior, incursiona en una visión
panorámica sobre las luchas sociales en nuestra América. Responsable por la
sección internacional de “Brecha”. Profesor e investigador en Multiversidad
Franciscana de America Latina
El
periodista uruguayo analiza las causas de las protestas de las últimas semanas
en Brasil. Ante el retroceso del movimiento reivindicativo, especialmente a
partir de los gobiernos de Lula y debido a sus políticas sociales, surgió gran cantidad de organizaciones
urbanas de la mano de jóvenes que comenzaron su activismo bajo esos gobiernos y
que «no se sienten atados a su historia» y vienen padeciendo las reformas
urbanas privatizadoras. Según Zibechi, el año próximo será clave, y el
gobernante PT y las elites políticas deberán tener en cuenta las demandas de la
calle. En Brasil se abrieron las compuertas de la protesta social, con tal
amplitud que no podrán ser cerradas en poco tiempo. El mes de junio pasará a la historia como el período de las más
amplias movilizaciones en la
historia del país, con jornadas que registraron
dos millones de manifestantes en un proceso que arrancó el 6 de junio y está
lejos de haber concluido. La masividad de las protestas se fue desflecando y la
modalidad fue mutando en multitud de acciones medianas y pequeñas en los más
diversos lugares, pero ya no en el centro de las grandes ciudades. Muchos
se preguntan por qué, si las cosas
estaban tan mal, las protestas no surgieron
antes. La respuesta es que los dos gobiernos de Luiz Inacio Lula da Silva
(2003-2010) articularon políticas sociales amplias con la neutralización de los
mayores movimientos del país, en un
escenario signado por una consistente bonanza económica asentada en los buenos
precios de las commodities de exportación. Dos hechos a tener en cuenta: el
programa Bolsa Familia alcanzó a 50 millones de brasileños, un 25% de la
población total, mejorando los ingresos de las capas más sumergidas de la
población. La segunda es que el salario mínimo se multiplicó por tres
en diez años (de 240 reales en 2003 a casi 700 en 2013, unos 250 euros). En
consecuencia, entre 30 y 40 millones salieron de la pobreza e ingresaron al
mercado de consumo.
(
Analisis de Zibechi de la coyuntura )
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