¿CÓMO INTERPRETARLO?
Escribe LEONARDO BOFF (*) lboff@leonardoboff.com
Domingo 30 de junio 2013
(*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y
escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. n 1985, la
Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Ratzinger (ex Papa) le
silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de,
ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como
Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Escribió
más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le
otorgó el premio Right Livelihood
Un
espíritu de insurrección de masas humanas se extiende por el mundo, ocupando el
único espacio que les queda: las calles y plazas. El movimiento apenas está comenzando, primero en el norte de África,
luego en España con los "indignados", en Inglaterra y Estados Unidos
con los "ocupas", y en Brasil con la juventud y otros
movimientos sociales. Nadie se refiere a las banderas clásicas del socialismo,
de la izquierda, de algún partido liberador o de la revolución. Todas estas propuestas o están agotadas o
no ofrecen la atractivo suficiente para mover a las masas. Actualmente
interesan los temas relacionados con la vida cotidiana de los ciudadanos: el
trabajo participativo, la democracia para todos, los derechos humanos, personales y sociales, la presencia activa de
las mujeres, la transparencia pública, el claro rechazo a todo tipo de
corrupción, un nuevo mundo posible y necesario. Nadie se siente representado
por los poderes instituidos que generan un mundo político palaciego de espaldas
al pueblo o manipulando directamente a los ciudadanos.
Interpretar este
fenómeno supone un reto para cualquier analista. No basta la razón pura, tiene que ser una razón holística que
incorpore otras formas de inteligencia, datos no racionales, emocionales y
arquetípicos y acontecimientos propios del proceso histórico e incluso de la
cosmogénesis. Sólo así tendremos una forma más o menos completa de
hacer justicia a la singularidad del fenómeno. Para empezar, hay que reconocer que es el primer gran evento
resultado de una nueva fase de la comunicación humana completamente abierta,
una democracia en grado cero que se expresa a través de las redes sociales. Todo
ciudadano puede salir del anonimato, tomar la palabra, encontrar sus
interlocutores, organizar grupos y reuniones, alzar una bandera y salir a la
calle. De repente, se forman redes de redes que mueven a miles de personas más
allá de los límites del espacio y del tiempo. Este fenómeno debe ser analizado cuidadosamente, porque puede
representar un salto civilizatorio que marcará un nuevo rumbo a la historia, no
sólo de un país, sino de toda la humanidad.
( La reflexión completa
de Leonardo Boff )
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