Y LA INDECISIÓN DEL BRASIL
ATILIO A BORON (*)
Fuente BLOG del autor.
Jueves 11 de julio 2013
(*)
ATILIO A.BORON – Escritor. Economista y periodista argentino. Analista y politólogo. Director
del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales
(PLED). Premio Internacional de la
UNESCO José Martí. Centro de Estudios Martianos.. Profesor Regular Titular de
Teoría Política y Social, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos
Aires desde 1986. Autor entre otros de La Filosofía Política Moderna.
Las últimas semanas fueron pródigas en
acontecimientos reveladores de los alcances de la contraofensiva desplegada por
Washington a los efectos de dinamitar los diversos procesos integracionistas en
marcha en Latinoamérica. Hoy por hoy el
Mercosur y la Unasur son los blancos más obvios, pero
la CELAC está también en la mira y en cuanto demuestre una mayor gravitación en
los asuntos del hemisferio será también ella objeto de los más encarnizados
ataques. Una de las armas más
recientemente pergeñadas por la Casa Blanca ha sido la Alianza del Pacífico,
engendro típico de la superpotencia para movilizar a sus peones al sur del Río
Bravo y utilizarlos como eficaces
“caballos de Troya” para cumplir con los designios del imperio. Otra alianza, la “mal nacida” según el
insigne historiador y periodista argentino Gregorio Selser, la inventó a
comienzos de los sesentas del siglo pasado John F.
Henry Kissinger |
Kennedy para destruir a la
Revolución Cubana. Aquella, la Alianza
para el Progreso, que en su momento dio pábulo a algunos pesimistas pronósticos
entre las fuerzas anti-imperialistas, fracasó estrepitosamente. La
actual no parece destinada a correr mejor suerte. Pero derrotarla exigirá, al
igual que ocurriera con su predecesora, de toda la firmeza e inteligencia de los movimientos sociales, las fuerzas
políticas y los gobiernos opuestos –en diversos grados, como es evidente al
observar el panorama regional- al imperialismo. Flaquezas y debilidades
políticas y organizativas unidas a la
credulidad ante las promesas de la Casa Blanca, o las absurdas ilusiones provocadas por los cantos de sirena de
Washington, señalarían el camino de una fenomenal derrota para los
pueblos de
Nuestra América. En este sentido
resulta más que preocupante la crónica indecisión de Brasilia en relación al
papel que debe jugar en los proyectos
integracionistas en curso en Nuestra América.
Y esto por una razón bien fácil de comprender. Henry Kissinger, que a su
condición de connotado criminal de guerra une la de ser un fino analista de la
escena internacional, lo puso de manifiesto cuando satisfecho con el
realineamiento de la dictadura militar brasileña luego del derrocamiento de Joao Goulart acuñó una
Joao Goulart |
frase que hizo
historia. Sentenció que “hacia donde se
incline Brasil se inclinará América Latina”.
Esto ya no es tan cierto hoy, porque la marejada bolivariana ha
cambiado el mapa sociopolítico regional para bien, pero aun así la gravitación
de Brasil en el plano hemisférico sigue siendo muy importante. Pero Washington ha venido trabajando desde hace tiempo sobre la
dirigencia política, diplomática y militar del Brasil para que modere su
intervención en esos procesos, y se ha anotado algunos éxitos considerables.
(
El análisis completo de Atilio Boron )
No hay comentarios:
Publicar un comentario