jueves, 11 de julio de 2013

«HERMANOS Y HERMANAS» QUE HOY TODAVÍA MUEREN POR ENFERMEDADES COMO LA POBREZA IMPUESTA A MUCHAS COMUNIDADES

VIDAS INDÍGENAS, SE LAS LLEVA EL MODELO

Escribe JESÚS GONZÁLEZ PAZOS (*) Fuente Revista “PUEBLOS” http://www.revistapueblos.org/  10 de Julio 2013

 (*) JESUS GONZÁLEZ PAZOS, (País Vasco),Catedratico, escritor, periodista, Es licenciado en Antropología y Etnología. Especialista Universitario en Derechos Humanos y postgrado en Movimientos Sociales. Responsable Área Pueblos Indígenas de Mugarik Gabe, Autor de “Bolivia. La construcción de un país indígena” (Barcelona, Icaria Antrazyt),

Se celebró en Neuquén, territorio mapuche en Argentina, un encuentro internacional sobre estrategias indígenas para la defensa de sus derechos. Al mismo acudían organizaciones de diferentes países del continente americano a fin de compartir
problemas y avances en sus respectivas luchas, así como dialogar sobre las posibilidades de fortalecer la coordinación. Esto último, desde la constatación de la coincidencia de las violaciones de derechos que sufren, especialmente las referidas a sus territorios y a
la entrada en los mismos de las transnacionales extractivas, con el beneplácito de los respectivos gobiernos. Un cartel que presidió una de las primeras sesiones de este encuentro tenía como título el de este mismo texto, salvo por el tiempo verbal: «Vidas indígenas, se las llevó el modelo». Mostraba fotografías de las personas indígenas muertas en estos últimos cuatro años en Argentina como resultado de la represión policial y otros ataques similares contra estos pueblos. Continuaba el escrito del cartel señalando además que se podría hablar de miles de «hermanos y hermanas» que hoy
todavía mueren por enfermedades como la pobreza impuesta a muchas comunidades, la malaria o la tuberculosis. Pero también de los miles, no contabilizados por ninguna estadística oficial, que mueren a causa del glifosato con el que se fumiga los inmensos campos de soja en que países como Paraguay o la propia Argentina convierten miles de hectáreas de territorios indígenas tras favorecer la expulsión de sus habitantes originarios o, simplemente, arrinconarlos en mínimos espacios que acotan sus posibilidades de sobrevivencia. Mismo caso y situación creada para otras miles de muertes y personas enfermas por el cianuro de la megaminería o los metales pesados
derivados de la explotación descontrolada de los hidrocarburos y que, en ambos casos, contaminan de forma intensa las tierras y las aguas. Ahí está el caso de la empresa Chevron-Texaco que ha sido condenada por los tribunales a pagar una indemnización multimillonaria a los pueblos cofán, siona y criollo (más de 30.000 personas) de la Amazonía ecuatoriana por la criminal contaminación allí dejada tras años de explotación hidrocarburífera. Por supuesto, esta transnacional petrolera se niega a pagar y busca todos los subterfugios posibles, con la cobertura de muchas leyes internacionales favorables a este tipo de empresas, así como sus presiones políticas, para no responder a sus responsabilidades.  
(Nota completa de Jesus Gonzalez Pazos )

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