DE LA COLONIZACIÓN INDÍGENA
Escribe
FRANCISCO LÓPEZ BÁRCENAS (*)
Jueves 8 de agosto 2013
(*) FRANCISCO LÓPEZ BÁRCENAS – Militante de la causa de los
pueblos originarios. Abogado mixteco. Maestro en desarrollo rural por la
Universidad Autónoma Metropolitana.
Autor de numerosos libros siendo en la actualidad uno de los más
destacados teóricos del derecho indígena en el continente; asesor agrario
(en Red Voltaire, Rebelion “La Jornada”y otros varios medios en la prensa alternativa) Autor de “Por una
nueva legislación minera” “Invasión anticonstitucional de la minería” "San
Juan Copala, dominación política y resistencia”entre varios otros
La mayoría de los gobiernos latinoamericanos ajustaron sus
instituciones, leyes y políticas para facilitar la acumulación capitalista,
desposeyendo a los poseedores de los recursos naturales ya convertidos en
mercancía. Julio y agosto pueden ser
nombrados los meses de la defensa del
territorio contra el despojo del patrimonio nacional causado por los
megaproyectos, para beneficio de los dueños del capital. Aunque la afectación
perjudica a todos los mexicanos, quienes lo sufren de forma más directa son los
pueblos indígenas, porque los codiciados bienes se ubican en sus territorios. Como
reacción a los megaproyectos, los días 11 y 12 de julio pasado, en la ciudad de
Oaxaca, se reunieron autoridades agrarias de los pueblos zapoteco, mixteco,
mixe, chontal, ikoots, mazateco y organizaciones civiles, para analizar las
reformas, proyectos y programas que atentan contra el territorio indígena; los
días 20 y 21 de julio se realizó en Santa María Zacatepec,
Puebla, el
“Encuentro nacional en defensa del territorio, la energía y el derecho de los
trabajadores”, y los día del 26 al 27 de julio se realizó en la ciudad de
Juchitán, Oaxaca, el Seminario Internacional de megaproyectos de energía y
defensa del territorio “El istmo en la encrucijada”. Para los días 15 y 16 de
agosto, se realizará en la ciudad de Puebla el Foro “Proyectos de muerte y
territorio nacional”, en el cual se analizarán los efectos de la minería a
cielo abierto, las termoeléctricas, las ciudades rurales, la siembra del maíz
transgénico y las presas. Todos estos eventos y muchos más que con esos fines
se desarrollan en todo el país, representan esfuerzos populares por construir
espacios colectivos de análisis, reflexión, organización y articulación para
oponerse a tales proyectos y, si es posible
, construir alternativas de futuro
distintas frente al despojo capitalista. En el presente documento se analiza la
manera en que el capital está llevando a cabo este despojo y la manera en que
los pueblos resisten. Es posible que conociendo como opera el capitalismo en la
coyuntura actual, se entienda lo que no se quiere y a partir de ahí imaginar el
mundo distinto por el cual luchar. La lucha de los pueblos indígenas de América
Latina ha transcurrido por varios ciclos de resistencia a la opresión. El
primero, el más largo de la historia, comenzó con la invasión europea y se
cerró con las luchas independentistas donde los pueblos tuvieron una amplia
participación pero al final fueron subordinados a los intereses de los criollos
que se
hicieron del poder; el segundo inició con la formación de los Estados latinoamericanos y la imposición de las ideas liberales -promoviendo la propiedad privada y los derechos individuales, atentando contra los pueblos y sus derechos colectivos-, proceso que duró casi toda la segunda parte del siglo XIX; el tercero se desarrolló desde principios del siglo XX hasta los años setenta más o menos y el cuarto se gestó con las políticas neoliberales y se mantiene hasta nuestros días. Cada uno de estos ciclos ha estado marcado por los rasgos específicos de la acumulación capitalista y en cada una de ellas la respuesta del Estado ha tenido su propio sello.
hicieron del poder; el segundo inició con la formación de los Estados latinoamericanos y la imposición de las ideas liberales -promoviendo la propiedad privada y los derechos individuales, atentando contra los pueblos y sus derechos colectivos-, proceso que duró casi toda la segunda parte del siglo XIX; el tercero se desarrolló desde principios del siglo XX hasta los años setenta más o menos y el cuarto se gestó con las políticas neoliberales y se mantiene hasta nuestros días. Cada uno de estos ciclos ha estado marcado por los rasgos específicos de la acumulación capitalista y en cada una de ellas la respuesta del Estado ha tenido su propio sello.
(Nota completa de
López Barcenas)
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