SOBRE MARTIN LUTHER KING
VICENÇ NAVARRO (*)
Fuente:
BLOG en “Publico.es”
3 de septiembre 2013
(*)
VICENÇ NAVARRO (http://www.vnavarro.org/
) Catedrático de Economía en la Universidad de Barcelona. Actualmente es
Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra
(Barcelona, España). También profesor de Políticas Públicas en The Johns
Hopkins University Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales
patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins
University. Uno de los investigadores españoles más citados en la literatura
científica internacional en ciencias sociales
A raíz
del cincuenta aniversario de la Marcha de Washington, donde el Reverendo Martin
Luther King dio su famoso discurso “Yo tengo un sueño” (I Have a Dream), se han
escrito muchos reportajes, tanto en EEUU como en España, sobre aquella marcha y
sobre Martin Luther King, refiriéndose a este último como una figura
inspiracional que, actuando como la conciencia de la nación estadounidense,
exigió a aquell
a sociedad el fin de la discriminación contra la población
negra, de origen africano. Es difícil ver u oír aquel discurso sin conectar con
su causa. Ahora bien, esta imagen inspiracional de Martin Luther King se ha
construido a costa de olvidar y hacer olvidar a otro Martin Luther King, el
Martin Luther King real, que veía esta discriminación como resultado de unas
relaciones de poder basadas en una explotación, no solo de raza, sino también
de clase social. Se ha silenciado que
Martin Luther King (a partir de ahora
MLK) fue un socialista que, sin lugar a dudas, hubiera sido muy crítico con las
sucesivas políticas, tanto domésticas como internacionales, llevadas a cabo
durante todos estos años por los gobiernos federales, incluyendo la
Administración Obama. MLK estuvo en contra de la guerra del Vietnam, como
hubiera estado en contra de las guerras de Irak y Afganistán, y no solo por su
pacifismo, sino también por su antimilitarismo y antiimperialismo. Definió al
gobierno de EEUU como “el máximo agente de violencia hoy en el mundo…
gastándose más en los instrumentos de muerte y destrucción que en programas
sociales vitales para las clases populares del país”. Era profundamente
anticapitalista, como consta en su discurso de que “deberíamos denunciar a
aquellos que se resisten a perde
r sus privilegios y placeres que vienen junto a
los beneficios adquiridos de sus inversiones, extrayendo su riqueza a través de
la explotación”. Y en 1967 condenó con toda contundencia los tres diablos que
–a su parecer- “caracterizaban al sistema de poder estadounidense, a saber, el
racismo, la explotación económica y el militarismo”, acentuando que “las mismas
fuerzas que consiguen enormes beneficios a través de las guerras son las
responsables de la enorme pobreza en nuestro país” (todas estas notas proceden
del excelente artículo de Michael Parenti “I Have a Dream, a Blurred Vision”,
29.08.13). Y su último discurso, en apoyo de las reivindicaciones de los
trabajadores de los servicios de saneamiento que estaban en huelga, concluyó
con la famosa frase de que “la lucha central en EEUU es la lucha de clases”.
Dos semanas más tarde fue asesinado, sin que nunca se haya aclarado tal hecho.
Una persona fugitiva de la cárcel de Missouri, James Earl Ray, fue acusado de
asesinarle. Fue detenido en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, con gran
cantidad de dinero en su posesión. Nunca se aclaró quién dio ese dinero.
(Nota
de Vicenç Navarro)
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