QUE ADEMÁS GENERA UNA SOCIALIZACIÓN
Escribe
MARCELA
VALENTE (*)
Fuente “ECOportal”
9 de septiembre 2013
(*) MARCELA VALENTE (ARGE NTINA) Periodista. Se le ubica
dando preferencia a temas sociales, de la biodiversidad y extractivismo corresponsal en Argentina de IPS desde 1990. Este artículo fue
publicado originalmente el 31 de agosto por la red latinoamericana de diarios
de Tierramérica. http://www.tierramerica.info
Desencantados
con una economía que promueve el individualismo y el consumo depredador, miles
de argentinos se suman a ferias en las que los objetos se regalan, comparten
traslados en automóvil con desconocidos u ofrecen alojamiento gratuito a
viajeros del exterior. En medio de una intensa ola de consumismo, algunos
argentinos empiezan a experimentar las ventajas de compartir objetos y
servicios, en lugar de comprarlos. Son tendencias
incipientes en este país
sudamericano, pero que crecen apoyadas en las plataformas 2.0. Los usuarios
comparten una misma preocupación por el cuidado ambiental y cierto rechazo al
consumismo. Pero también su voluntad de incrementar el contacto comunitario y
de fomentar la confianza entre las personas. "Necesitamos mucho menos de
lo que consumimos. Por eso, la base de nuestras ferias es el desapego, la
necesidad de liberar objetos del concepto de propiedad privada", explica
Ariel Rodríguez, creador de La Gratiferia bajo el lema "Traé lo que
quieras (o nada) y llevate lo que quieras (o
Nada
está en venta en esta feria de Plaza Italia,
en el barrio de Palermo, Buenos
Aires.
Crédito: Juan Moseinco/IPS.
|
nada)". La iniciativa se puso
en marcha en 2010. La primera feria fue en su casa, en el barrio porteño de
Liniers. Rodríguez puso a disposición de amigos y vecinos libros, discos, ropa,
muebles y otros bienes que acumulaba y no necesitaba. Preparó también algo de
comer y sirvió algo de tomar. Con el tiempo, hubo quienes lo imitaron y,
recuerda, la feria número 13 "salió a la calle y explotó" con la
difusión en redes sociales. "Es algo que rompe con los esquemas",
dice Rodríguez. Los visitantes se acercan con incredulidad, sin saber si tienen
o no derecho a tomar objetos sin dejar nada a cambio. La gente puede ir a una
gratiferia con los objetos que desea liberar y no tiene que preocuparse de que
alguien se los lleve. La idea es justamente que encuentren un interesado en
prolongar su vida útil, en lugar de adquirir uno nuevo. "Es como un
reordenamiento de los objetos que además genera una socialización interesante
porque surge un patrimonio que ahora es comunitario", define Rodríguez.
Las gratiferias se extendieron a ciudades de algunas provincias y también a
Chile, México y otros países, aseguró su impulsor. Este fenómeno no nace, según
Rodríguez, en un contexto de crisis, como el sistema de trueque, muy popular
ante el colapso social y económico de fines de 2001. "Esto es un intento
de responder a una crisis más larga de nuestra relación con lo material",
define.
(La
nota sobre gratiferia)
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