miércoles, 11 de septiembre de 2013

GRATIFERIA: FERIAS, EN LAS QUE LOS OBJETOS SE REGALAN

UN REORDENAMIENTO DE OBJETOS 
QUE ADEMÁS GENERA UNA SOCIALIZACIÓN

Escribe  
 MARCELA VALENTE (*) 
Fuente “ECOportal”
9 de septiembre 2013

(*) MARCELA VALENTE (ARGE NTINA) Periodista. Se le ubica dando preferencia a temas sociales, de la biodiversidad y extractivismo  corresponsal en Argentina de IPS desde 1990. Este artículo fue publicado originalmente el 31 de agosto por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. http://www.tierramerica.info

Desencantados con una economía que promueve el individualismo y el consumo depredador, miles de argentinos se suman a ferias en las que los objetos se regalan, comparten traslados en automóvil con desconocidos u ofrecen alojamiento gratuito a viajeros del exterior. En medio de una intensa ola de consumismo, algunos argentinos empiezan a experimentar las ventajas de compartir objetos y servicios, en lugar de comprarlos. Son tendencias

Nada está en venta en esta feria de Plaza Italia, 
en el barrio de Palermo, Buenos Aires. 
Crédito: Juan Moseinco/IPS.
incipientes en este país sudamericano, pero que crecen apoyadas en las plataformas 2.0. Los usuarios comparten una misma preocupación por el cuidado ambiental y cierto rechazo al consumismo. Pero también su voluntad de incrementar el contacto comunitario y de fomentar la confianza entre las personas. "Necesitamos mucho menos de lo que consumimos. Por eso, la base de nuestras ferias es el desapego, la necesidad de liberar objetos del concepto de propiedad privada", explica Ariel Rodríguez, creador de La Gratiferia bajo el lema "Traé lo que quieras (o nada) y llevate lo que quieras (o
nada)". La iniciativa se puso en marcha en 2010. La primera feria fue en su casa, en el barrio porteño de Liniers. Rodríguez puso a disposición de amigos y vecinos libros, discos, ropa, muebles y otros bienes que acumulaba y no necesitaba. Preparó también algo de comer y sirvió algo de tomar. Con el tiempo, hubo quienes lo imitaron y, recuerda, la feria número 13 "salió a la calle y explotó" con la difusión en redes sociales. "Es algo que rompe con los esquemas", dice Rodríguez. Los visitantes se acercan con incredulidad, sin saber si tienen o no derecho a tomar objetos sin dejar nada a cambio. La gente puede ir a una gratiferia con los objetos que desea liberar y no tiene que preocuparse de que
alguien se los lleve. La idea es justamente que encuentren un interesado en prolongar su vida útil, en lugar de adquirir uno nuevo. "Es como un reordenamiento de los objetos que además genera una socialización interesante porque surge un patrimonio que ahora es comunitario", define Rodríguez. Las gratiferias se extendieron a ciudades de algunas provincias y también a Chile, México y otros países, aseguró su impulsor. Este fenómeno no nace, según Rodríguez, en un contexto de crisis, como el sistema de trueque, muy popular ante el colapso social y económico de fines de 2001. "Esto es un intento de responder a una crisis más larga de nuestra relación con lo material", define.
(La nota sobre gratiferia)

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