¿O COMITÉS ELECTORALES?
Escribe
ROSSANA ROSSANDA (*)
Politica italiana.
Fuente “Sin
Permiso” ·
10 de setiembre 2013
(*) ROSSANA ROSSANDA (1924 CROACIA) Periodista, militante comunista, escritora, diputada,
fundadora de “Il Manifesto” y protagonista sobresaliente de la política. Alumna
del filósofo italiano Antonio Banfi, siendo muy joven participó en la
Resistencia partisana. Miembro del Consejo Editorial de “SinPermiso”
La requisitoria contra los partidos, hecha incluso por
amigos queridísimos además de ciudadanos intachables, como Marco Revelli, ha
llegado hasta su exponente más frágil, el Partido Democrático, demostrando que
el resultado es la transformación del partido en simple comité electoral. ¿Qué
era un partido si no una idea y propuesta de
sociedad, que hacía propia una
parte de ella, como dice la misma palabra, y se presentaba a una población
compuesta por partes sociales diversas y asimismo opuestas? En este sentido es
en el que la Constitución del 48 señala en los partidos, agregados de ideas e
intereses, los instrumentos típicos de la democracia, los “cuerpos intermedios
que organizan la reflexión entre la sociedad y el Estado, y por medio de las
elecciones expresan la fracción mayoritaria”. Con un solo límite, el pacto
constitucional, dentro del cual y sin salirse de él los partidos son libres de
moverse y modificarse. Esta estructura del pensamiento político moderno lleva
estallando desde 1989 en adelante con la crisis de los partidos comunistas y de
ese “compromiso keynesiano” que nació tras el desastre económico del 29, el
surgimiento de los fascismos y la Segunda Guerra
Mundial. Y que ha estado en la
base de las constituciones democráticas, como la nuestra. Ésta reconocía que
hay intereses opuestos entre capital y asalariados, e intentaba frenar bien una
revolución como la rusa de 1917, bien una reacción como la fascista y nazi,
poniendo límites a la clase más fuerte, la del capital. Era entonces opinión
común que debía corregirse el modo de producción capitalista dominante en
Occidente. La oleada neoliberal reiniciada
por Thatcher y Reagan ha proclamada la unicidad y eternidad de la
ordenación capitalista con la famosa “TINA” [“There is no alternative” – “No
hay alternativa”] y ha puesto fin a los “partidos” como expresión de “partes
sociales”, dejando legitimidad solamente a los bilateralismos anglosajones y a
un modo en parte diferente de
administrar la única sociedad posible, la capitalista.
(
Nota de Rossana Rossanda )
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