martes, 1 de octubre de 2013

ACÁ AFUERA HAY OTRAS NACIONES UNIDAS CON MUCHO MENOS BULL-SHIT

AMERICAN CURIOS
NACIONES UNIDAS


 Escribe
 DAVID BROOKS (*) 
Corresponsal enEstados Unidos.
 Uente “La Jornada” 
México 30 de setiembre 2013

(*) DAVID BROOKS (Toronto, 11 de agosto de 1961), periodista canadiense-estadounidense especializado en política. Columnista del New York Times  y PBS, NYT entre otras Agencias..  Ha sido redactor jefe del Weekly Standard y colaborador en Newsweek y Atlantic .Corresponsal en Estados Unidos de “La Jornada” de México. Entre varios otros medios Autor del bestseller “The Social Animal” (“El animal social”)

De dónde es usted? De Guerrero, de Acapulco, responde el mesero que atiende a una estadunidense, un cubano, un venezolano y otro mexicano en un restaurante en Manhattan, adonde, entre otros, llegan algunos participantes del "debate" en la
Organización de Naciones Unidas. Otro mesero ofrece agua y responde a la misma pregunta: Ecuador. Un tercero comenta que es de Turquía, de Estambul; todos trabajan y conviven todos los días. Para llegar al lugar desde cerca de la sede de la ONU, donde decenas de jefes de Estado y sus amplias delegaciones asisten al debate anual de la Asamblea General, el taxista maneja por las calles abrumadas de tráfico por las estrictas medidas de seguridad y los convoyes de camionetas negras escoltadas por el Servicio Secreto. ¿Ustedes están aquí para lo de la ONU?, pregunta. Le responden que sí. Y comenta: “todo eso es puro bullshit (algo así
como pura paja, puro teatro), ¿no?” Ya de noche, escapando por vías subterráneas de la zona inundada por los políticos y diplomáticos que asisten a dar sus muy importantes discursos ante la magna sala de la Asamblea General y participar en sus muy importantes reuniones, cenas y cocteles para, supuestamente, decidir el futuro del planeta, aparece otro mundo. En el metro, cuatro jóvenes regresan del partido de los ya derrotados (para esta temporada) Yanquis, de hecho, el último juego en casa donde apareció el más gran cerrador de todos los tiempos, el panameño Mariano Rivera. Todos con camisetas de su equipo favorito. Uno de ellos, blanco pero tal vez de origen italiano, se acerca y se sienta junto a dos chicas guapas mientras sus cuates se quedan del otro lado del vagón, mirándolo con esa risa nerviosa adolescente al ser testigos de un intento de ligue, o por lo menos
coqueteo. Primero es lo más convencional, que si no les gusta alguno de sus cuates, que si se los presenta y más, pero de repente algo cambia. ¿De dónde son?, les pregunta. Una, de ojos brillantes y risa peligrosa, le cuenta que sus padres son de Haití, pero que ella creció en Canadá antes de llegar a vivir aquí. La otra, más cautelosa que su amiga, dice que es de Tailandia, pero creció aquí. De ahí empezó un diálogo sobre la vida de los jóvenes aquí, qué música escuchan, adónde van a bailar, qué estudian. En Washington Square, en una escapada del mundo bien vestido y perfumado, el jazz acompaña una tarde cristalina, mientras un centenar de personas rodea un acto realizado por dos gemelos afroestadunidenses y un baterista.
(La nota de David Brook en “La Jornada”)

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