POBRICIDIO EN EL MEDITERRÁNEO
Escribe
RENÁN VEGA CANTOR (*)
Fuente “Rebelión”
22 de octubre 2013
(*) RENAN
VEGA CANTOR- (COLOMBIA) Historiador. Profesor
titular de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá, Colombia. Doctor de la
Universidad de París VIII. Escritor que acredita autoría de 22 obras. Recibió
el “Premio Libertador al Pensamiento Crítico”, instituido por el Gobierno de
Venezuela. Es un referente del pensamiento critico latinoamericano. Uno de sus éxitos editoriales es “Los economistas neoliberales:
nuevos criminales de guerra”
El 3 de octubre naufragó cerca de Lampedusa (Italia) una
frágil embarcación en la que se encontraban unos 500 inmigrantes que procedían
de África, en su mayoría de Eritrea y Somalia, y que pretendían ingresar en
suelo europeo. Luego de varias horas en ultramar y ante una avería del barco,
algunos le prendieron fuego a una
manta para hacerse visibles y llamar la
atención de los guardacostas. Esto originó una conflagración que rápidamente
incendió una parte de la barcaza, lo que llevo a la gente a arremolinarse en el
otro costado e hizo naufragar el rudimentario navío. Algunos se lanzaron a las
aguas del océano y otros se hundieron porque no sabían nadar. El resultado no
puede ser más dantesco, puesto que murieron unas 350 personas, entre hombres,
mujeres y niños, en lo que se constituye en otro crimen del capitalismo
internacional, que hace parte del pobricidio: el genocidio
sistemático de los
pobres en todo el mundo. Este hecho no es ningún accidente desgraciado, sino un
resultado previsible del funcionamiento del capitalismo actual, como se ha
confirmado días después con otro naufragio casi en el mismo sitio, que ha
dejado 50 muertos. En nuestro tiempo se presenta un notable flujo migratorio
desde los países del sur hacia la Unión Europea y hacia los Estados Unidos.
Aunque esta no es la única corriente migratoria, si es la más conocida, y la
que está relacionada en forma directa con los centros dominantes del
capitalismo mundial,
donde opera la principal fuerza expulsora de la gente en
todo el mundo. El desplazamiento masivo de población de los países pobres hacia
los que aún se siguen presentando como prósperos –aunque algunos de ellos ya no
lo sean, como España- se explica, por lo menos, por cuatro razones: Planes de
Ajuste Estructural (PAE) en el sur y el este del mundo; destrucción de las
economías campesinas de subsistencia; implantación de dictaduras criminales al
servicio del capitalismo mundial; y el impacto de las transformaciones climáticas.
Los Planes de Ajuste Estructural, que se vienen impulsado desde hace más de
tres décadas en
África, Asia, América Latina y Europa del Este, han significado la destrucción de las economías locales, la privatización de los bienes públicos, la flexibilización laboral, el desempleo y subempleo, el cambio en el rol del Estado a favor de las grandes empresas transnacionales, la marcantilización de la educación, la cultura, la salud y todo lo que pueda generar beneficios a los capitalistas. Como resultado de los PAE se ha incrementado la pobreza y la desigualdad, así como han disminuido las posibilidades de subsistencia digna para millones de personas, que se ven obligadas a huir en búsqueda de mejores horizontes para ellos y sus familias, aunque eso sólo sea cierto para unos cuantos. Como un componente central de los PAE se destruyen las economías campesinas, se fortalece la agricultura empresarial y los agronegocios, se siembran cultivos de exportación (palma aceitera, soja, caucho, caña de azúcar…) y se expanden las grandes propiedades. Esto viene acompañado de una gran dosis de violencia para expulsar a los campesinos y obligarlos a abandonar sus tierras y cedérselas a los empresarios.
( Nota de Renan Vega en “Rebelión” )
África, Asia, América Latina y Europa del Este, han significado la destrucción de las economías locales, la privatización de los bienes públicos, la flexibilización laboral, el desempleo y subempleo, el cambio en el rol del Estado a favor de las grandes empresas transnacionales, la marcantilización de la educación, la cultura, la salud y todo lo que pueda generar beneficios a los capitalistas. Como resultado de los PAE se ha incrementado la pobreza y la desigualdad, así como han disminuido las posibilidades de subsistencia digna para millones de personas, que se ven obligadas a huir en búsqueda de mejores horizontes para ellos y sus familias, aunque eso sólo sea cierto para unos cuantos. Como un componente central de los PAE se destruyen las economías campesinas, se fortalece la agricultura empresarial y los agronegocios, se siembran cultivos de exportación (palma aceitera, soja, caucho, caña de azúcar…) y se expanden las grandes propiedades. Esto viene acompañado de una gran dosis de violencia para expulsar a los campesinos y obligarlos a abandonar sus tierras y cedérselas a los empresarios.
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