LA GUERRA SILENCIADA
CARLOS AYALA RAMÍREZ (*)
Fuente “EcoPortal” http://www.ecoportal.net/
22 de octubre 2013.
(*) CARLOS AYALA RAMÍREZ, Director de Radio YSUCA en El Salvador Integra ALAI (América Latina
en movimiento) Periodista. Colaborador en la prensa alternativa del continente. Presenta una activa militante social.
Según
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO, por sus siglas en inglés), uno de cada cuatro niños menores de cinco años
en el mundo padece retraso del crecimiento. El hambre y la malnutrición, pues,
matan progresivamente a más personas cada año que el sida, la malaria y la
tuberculosis juntas; generan más muertes que cualquiera de las guerras
actuales. O quizás estamos ante otro tipo de guerra, esta vez silenciosa. Los
datos mundiales siguen siendo dramáticos: 870 millones de personas pasan
hambre. Según la Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), uno de cada cuatro niños menores
de cinco años en el mundo padece retraso del crecimiento. Esto significa que
165 millones de niños están tan malnutridos que nunca alcanzarán todo su
potencial físico y cognitivo. Aproximadamente, 2 mil millones de personas en el
mundo carecen de las vitaminas y minerales esenciales para gozar de buena
salud. Unas 1,400 millones de personas tienen sobrepeso; de estas, alrededor de
un tercio son obesas y corren el riesgo de sufrir cardiopatías, diabetes y
otros problemas de salud. Las mujeres malnutridas tienen más probabilidades de
dar a luz a niños con bajo peso, que inician su vida con un riesgo mayor de
padecer deficiencias físicas y/o cognitivas. De acuerdo a la FAO, la
malnutrición de las madres es una de las principales vías de
transmisión de la
pobreza de generación en generación. El hambre y la malnutrición, pues, matan
progresivamente a más personas cada año que el sida, la malaria y la tuberculosis
juntas. Los datos mundiales siguen siendo dramáticos: 870 millones de personas
pasan hambre; las mujeres, que constituyen un poco más de la mitad de la
población mundial, representan más del 60% de las personas con hambre; la
desnutrición aguda mata cada día a 10 mil niños. Este último dato, por sí
mismo, es escandaloso y sería suficiente argumento para transformar de raíz el
actual sistema alimentario, cuya inequidad genera más muertes que cualquiera de
las guerras actuales. O quizás estamos ante otro tipo de guerra, esta vez
silenciosa. En el caso de El Salvador, de sus 262 municipios, 188 están en el
grupo de población con desnutrición media; 28, con alta; y siete, con
desnutrición muy alta. El resto aparece en el grupo de baja y muy baja. Si nos
atenemos a estos datos, no podemos hablar de hambruna en el país, pero eso no
implica desconocer la realidad de miles de familias que siguen sufriendo la
angustia y la incertidumbre de la inseguridad alimentaria.
(Nota
de Carlos Ayala en “EcoPortal” )
No hay comentarios:
Publicar un comentario