miércoles, 23 de octubre de 2013

MÁS MUERTES QUE LAS GUERRAS ACTUALES. ¿O ES OTRO TIPO DE GUERRA?.

HAMBRE,
LA GUERRA SILENCIADA

Escribe  
CARLOS AYALA RAMÍREZ (*)
Fuente “EcoPortal” http://www.ecoportal.net/   
22 de octubre 2013.

(*) CARLOS AYALA RAMÍREZ, Director de Radio YSUCA en El Salvador Integra ALAI (América Latina en movimiento) Periodista. Colaborador en la prensa alternativa del continente. Presenta una activa militante social.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), uno de cada cuatro niños menores de cinco años en el mundo padece retraso del crecimiento. El hambre y la malnutrición, pues, matan progresivamente a más personas cada año que el sida, la malaria y la tuberculosis juntas; generan más muertes que cualquiera de las guerras actuales. O quizás estamos ante otro tipo de guerra, esta vez silenciosa. Los datos mundiales siguen siendo dramáticos: 870 millones de personas pasan hambre. Según la Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), uno de cada cuatro niños menores de cinco años en el mundo padece retraso del crecimiento. Esto significa que 165 millones de niños están tan malnutridos que nunca alcanzarán todo su potencial físico y cognitivo. Aproximadamente, 2 mil millones de personas en el mundo carecen de las vitaminas y minerales esenciales para gozar de buena salud. Unas 1,400 millones de personas tienen sobrepeso; de estas, alrededor de un tercio son obesas y corren el riesgo de sufrir cardiopatías, diabetes y otros problemas de salud. Las mujeres malnutridas tienen más probabilidades de dar a luz a niños con bajo peso, que inician su vida con un riesgo mayor de padecer deficiencias físicas y/o cognitivas. De acuerdo a la FAO, la malnutrición de las madres es una de las principales vías de
transmisión de la pobreza de generación en generación. El hambre y la malnutrición, pues, matan progresivamente a más personas cada año que el sida, la malaria y la tuberculosis juntas. Los datos mundiales siguen siendo dramáticos: 870 millones de personas pasan hambre; las mujeres, que constituyen un poco más de la mitad de la población mundial, representan más del 60% de las personas con hambre; la desnutrición aguda mata cada día a 10 mil niños. Este último dato, por sí mismo, es escandaloso y sería suficiente argumento para transformar de raíz el actual sistema alimentario, cuya inequidad genera más muertes que cualquiera de las guerras actuales. O quizás estamos ante otro tipo de guerra, esta vez silenciosa. En el caso de El Salvador, de sus 262 municipios, 188 están en el grupo de población con desnutrición media; 28, con alta; y siete, con desnutrición muy alta. El resto aparece en el grupo de baja y muy baja. Si nos atenemos a estos datos, no podemos hablar de hambruna en el país, pero eso no implica desconocer la realidad de miles de familias que siguen sufriendo la angustia y la incertidumbre de la inseguridad alimentaria. 
(Nota de Carlos Ayala en “EcoPortal” )

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