viernes, 25 de octubre de 2013

UNA CURIOSA INDIGNACIÓN OFICIAL EN PAÍSES AMIGOS DE EE.UU

LA PRIVACIDAD 
VASALLA DE LA SOSPECHA

Escribe  
JUAN GELMAN (*)
Fuente “Pagina 12” Bs. As. 
24 de octubre 2013

(*)JUAN GELMAN (Bs. As. 1930) poeta y periodista argentino. Autor de varios libros de gran éxito.  Premio Cervantes en 2007. El escritor ecuatoriano Jorge Enrique Adoum lo ha calificado como "el mayor poeta vivo de habla hispana". Se graduó de Quimico en la Universidad de Buenos Aires.  Uno de los fundadores del grupo de poetas “El pan duro”. En 1966 comenzó su actividad  como periodista, publicando habitualmente en medios de América y Europa.. Estuvo exiliado en la Dictadura retorno a la Argentina en 1988. Decidió radicarse en México, donde reside.

El espionaje mundial que la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA, por sus siglas en inglés) practica desde hace años ha provocado duras reacciones de países como Brasil: Las investigaciones que el jefe de la Casa Blanca ha prometido sobre esta cuestión se esperan para las calendas griegas. Es curioso el incremento
de la indignación oficial que se viene produciendo en países amigos de EE.UU. como Francia. Tenues y aun remilgonas fueron las primeras reacciones del gobierno del presidente socialista Hollande cuando se publicaron en Der Spiegel y The Guardian documentos filtrados por Snowden que revelaban el espionaje estadounidense a los países de la Unión Europea. Pero Le Monde dio a conocer el lunes pasado una constancia abrumadora: “Entre los miles de documentos sustraídos a la NSA por su ex empleado (Snowden), figura un gráfico que describe la amplitud de la vigilancia telefónica realizada en Francia. Se comprueba que en un período de 30 días, del 10 de diciembre de 2012 al 8 de enero de 2013, la NSA registró 70,3 millones de datos telefónicos de los franceses” (www.lemonde.com
General Patrick Leahy
, 21-10-13). Más de 2,4 millones al día. Parece que el pueblo francés habla mucho por teléfono. El periódico galo agrega otros detalles: “Las explicaciones de los documentos llevan a pensar que los objetivos de la NSA conciernen tanto a personas sospechosas de estar relacionadas con actividades terroristas como a individuos observados por su mera pertenencia al mundo de los negocios, la política o la administración francesa”. Al hacerse público este hecho, el tono parisiense oficial se alzó un poquito: fue citado el embajador de EE.UU. a dar explicaciones. El ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, dijo que no era
cosa de hacerle eso a un socio; el ministro del Interior, Manuel Valls, expresó que “si un país amigo –un aliado– espía a Francia o a otros países europeos, es algo completamente inaceptable”. Aceptable sería espiar a Brasil, a México, naciones apenas latinoamericanas. Diana Feinstein encabeza el comité del Senado estadounidense que supervisa los servicios de inteligencia y cabe reconocer que su sentido del humor es imbatible: en una columna de opinión que publicó USA Today afirmó que la masiva recolección de datos telefónicos –propios y ajenos– “no es vigilancia”, sino un instrumento efectivo “para prevenir ataques terroristas contra EE.UU. y nuestros aliados”
( Nota de Juan Gelman en “Pagina 12” )

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