miércoles, 23 de octubre de 2013

ZHANG LINTONG DE 16 AÑOS DE EDAD REVELA MÁS SOBRE CHINA Y OCCIDENTE QUE LAS BANALIDADES MINISTERIALES

   MILAGRO ECONÓMICO CHINO   
EL TRABAJO ESTUDIANTIL FORZADO


Escribe  
ADITYA CHAKRABORTTY (*)
 Fuente “The Guardian” 
Traducción y publicación 
de “Viento Sur”   
Viernes 18 de octubre de 2013

 (*) ADITYA CHAKRABORTTY. Es un editorialista en temas de economía en “The Guardian”. Graduado en la universidad de San Hugh, Oxford, fue antes un productor Senior de programa de la BBC y el Ten O'Clock News, y un productor de  economía de acuerdo con Evan Davis. También ha escrito para el Financial Times, The Telegraph y The New Statesman.

China cuenta con un ejército de mano de obra estudiantil que fabrica productos de Apple, consolas Playstation y otros aparatos para Occidente. Los relatos de los jóvenes afectados son sobrecogedores. Esta semana se oirán montones de
beaterías sobre China. Cuando George Osborne  (actual ministro de Hacienda del Reino Unido) y Boris Johnson Boris Johnson (alcalde de Londres) vayan de Shanghái a Shenzhen, soltarán el cuento de siempre sobre el comercio y la inversión y la competencia global. De quien no hablarán es de Zhang Lintong, y eso que la historia de este muchacho de 16 años de edad revela más sobre el aspecto humano de la relación entre China y Occidente . En junio de 2011, Zhang y sus compañeros de clase fueron arrancados de sus hogares familiares y enviados a una fábrica que produce aparatos electrónicos. Los alumnos estuvieron trabajando durante seis
meses en una gigantesca planta de Foxconn en la ciudad de Shenzhen, situada en el sur del país, a 20 horas en tren desde su casa en el centro de China. No le dieron opción a opinar sobre el asunto, explicó a los investigadores. “A menos que pudiéramos presentar un certificado médico del hospital municipal que acreditara que estamos gravemente enfermos, teníamos que partir inmediatamente.” Como estudiante de primer curso en una escuela secundaria de formación profesional, legalmente no podían enviar a Zhang (no es su apellido verdadero) a ninguna clase de prácticas. Además, de acuerdo con la legislación china, las prácticas han de estar directamente relacionadas con los estudios del alumno. Zhang estudia bellas artes y es un admirador de la obra de los pintores
realistas rusos, y ha tenido que pasar medio año fabricando iPhones y otros aparatos electrónicos de consumo. Hijo único de una familia campesina, lo primero que le ocurrió a Zhang al llegar a la megafactoría fue la separación de sus compañeros de clase, que estaban igual de perplejos que él. Los obligaron a alojarse en diferentes dormitorios de la fábrica, entre adultos desconocidos. Les dieron uniformes idénticos a los de los trabajadores de plantilla y les impartieron una formación rudimentaria. Y luego estaba el trabajo: Zhang llevaba a cabo una o dos pequeñas operaciones, una y otra vez, estando de pie durante horas en una larguísima cadena que fabricada productos de Apple. “Es cansado y aburrido”,
contó a los investigadores fuera de la fábrica. “Me gustaría mucho irme, pero no puedo.” Por increíble que parezca, la historia de Zhang no es única. Foxconn, principal proveedor de Apple y fabricante para muchas otras empresas de electrónica de consumo, es una de las más grandes compañías de China y una de la que más recurre a la mano de obra estudiantil. En octubre de 2010, la empresa calculó que, en aquel entonces, hasta el 15 % (es decir, 150.000) de su personal de un millón de trabajadores eran estudiantes. Al parecer, más de 28.000 estaban destinados a trabajar exclusivamente para Apple. El año pasado, desde círculos académicos se informó de que el 70 % del personal de una fábrica de cajas de cambios para Honda procedía de escuelas secundarias.
(Nota completa en “Viento Sur” )

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