sábado, 2 de noviembre de 2013

EL DINERO ES LA DIVINIDAD MÁS LEGALIZADA DEL SISTEMA CAPITALISTA

ALGO MÁS 
QUE SERES FRAGMENTADOS

Escribe 
OLGA RODRÍGUEZ (*)
 Fuente en 'Zona Crítica' de “eldiario.es” 
0 de octubre 2013


(*) OLGA RODRÍGUEZ FRANCISCO (León, 1975) es una periodista internacional y   especializada en Oriente Medio. También escritora. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. (Debate 2012)  Luego de cubrir la invasion de Estados Unidos en Bagdad publico “El hombre mojado no teme la lluvia” (Debate, 2009)  Y después de las revoluciones árabes en el año 2011, tuvo  lugar la publicación del libro “Yo muero hoy”. Ha trabajado en Afganistán y otros escenarios bélicos. A la vez se ocupa en tematicas sociales como en el caso de la nota publicada hoy.

ACEPTAR LA DESIGUALDAD 
COMO NATURAL ES 
CREER QUE PODEMOS SER 
DE FORMA AISLADA, INDIVIDUAL, 
SIN SENTIRNOS APELADOS 
POR LO COLECTIVO. 

Keynes no acertó cuando afirmó que en 2030 "el amor al dinero como posesión" sería reconocido como "enfermedad vergonzosa". El dinero es un elemento casi omnipresente en nuestra vida diaria. Resulta complicado esquivar la
mercantilización de la cotidianidad, incluso de las propias relaciones humanas. Es prácticamente imposible no intervenir en ninguna transacción comercial desde que salimos de casa por la mañana para ir al trabajo –o para buscarlo– hasta que regresamos. Casi todo ha sido reducido a mera mercancía, incluso nosotros mismos, con nuestro propio precio, convertidos en nuestras propias empresas, obligados a presentarnos en función de las capacidades y experiencias laborales acumuladas, desprovistos de un carácter meramente humano, fragmentados. Existimos en la medida en que pertenecemos al enorme mercado de la compra y venta. "En toda conversación se va infiltrando el tema que plantea las condiciones de vida: el del dinero", escribió Walter Benjamin. El dinero es la divinidad más legalizada y protegida del sistema
capitalista. Una cantidad de dinero siempre puede cambiarse por poder. La relación entre las autoridades, los empresarios, el poder financiero y la prensa tiene, como decía Benjamin, su sistema de distribución legalizado. "Solo se puede hablar de corrupción cuando este proceso –el intercambio de dinero por poder– se gestiona de manera demasiado abreviada", sentenció el filósofo alemán. Cada vez hay menos servicios concebidos por y para los ciudadanos, por que prevalece la idea de que el beneficio, la rentabilidad, está muy por encima de la necesidad. Casi todo ha sido privatizado y lo que no, está siendo recortado. En 2012, 43.853 familias se quedaron sin casa por no poder pagar. Más de 400.000 familias han sido desahuciadas desde el inicio de la crisis, y se calcula que otras 360.000 perderán su hogar de aquí a 2015. Esto ocurre en un país con 800.000 pisos nuevos sin vender y más de tres millones de viviendas desocupadas. Pero en este modelo deshumanizado y desalmado, no hay techo para nadie si no hay dinero de por medio. Tal es la ineficacia del funcionamiento del sistema.
( leer más Nota de Olga Rodriguez)

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