Escribe
XAVIER CAÑO TAMAYO (*)
Fuente “EcoPortal”
1 de noviembre
2013
(*) XAVIER
CAÑO TAMAYO es periodista y escritor. Forma parte de la Agencia de Información
Solidaria (AIS) es un servicio de información gratuito de la ONG. Integra el
Centro de Colaboraciones Estrella digital. Especialista en temas de America
Latina y Tercer Mundo; colabora en diversos medios.
Según datos del banco Credit Suisse, la riqueza global en el
mundo ha aumentado un 68% en los últimos diez años, hasta el máximo histórico
de 241 billones de dólares. Pero el 86% de toda esa riqueza está en manos del
10% de la población mundial. Y una ínfima minoría del 1% (los obscenamente
ricos) posee la mitad de toda la riqueza del planeta. ¿Algo que ver con la
justicia? Un
inmigrante africano, que vive en la calle, en menos de un año ha
pasado de tener aspecto de príncipe al de un hombre completamente derrotado,
hecho polvo. Un padre joven no pide dinero sino que le compren un bote de leche
materna para su bebé. Un hombre mayor bien vestido hurga vergonzoso en
papeleras y contenedores. Otro de más edad, sentado en el suelo con la espalda
apoyada en una pared y vestido con un grueso chaquetón sucio en invierno o
verano, no hace nada; con la mirada perdida ni siquiera pide limosna... Todo
eso pasa en mi barrio, cerca de casa. Solo es una diminuta muestra, porque en
España, por ejemplo, según Cáritas
Española, viven en la calle o en
infraviviendas casi tres millones de personas. Nunca la humanidad ha tenido
tanta capacidad para producir y acumular riqueza, pero nunca esa riqueza ha
estado tan mal repartida. Nunca ha habido tanta desigualdad e injusticia. No es
un discurso izquierdoso a la violeta, porque el 10% de la población mundial
posee el 83% de la riqueza y poco más de 1000 personas acumulan fortunas
superiores a los 1.000 millones de dólares. Y esa desigualdad genera la más
brutal de las pobrezas. Hace cinco años escribí que había más hambrientos que
18 años antes. Según la FAO, en 1990 había 823 millones de
hambrientos y en
abril de 2008, cuando lo escribí, ya eran 861 millones. Hoy quienes sufren
hambre aún son 842 millones (12% de la población mundial). Algo menos, pero una
pírrica disminución de desnutridos. Y el hambre es el más cruel exponente de la
desigualdad. Si nos fijamos en España, se ha convertido en paradigma de
la desigualdad en Europa. Unas 400.000 personas (de 47 millones de población)
poseen un patrimonio de un millón de dólares o más, pero tres millones de
familias apenas viven con 300 euros al mes; que, por cierto, son el doble que
hace 5 años. Y más de 12 millones de
españoles viven bajo el umbral de la pobreza. Por lo que hay que concluir que si hay casi seis millones de parados, demasiados trabajadores asalariados, a pesar de tener empleo, no pueden huir de la pobreza. Y pobreza y desigualdad van de la mano. Según datos del banco Credit Suisse, la riqueza global en el mundo ha aumentado un 68% en los últimos diez años, hasta el máximo histórico de 241 billones de dólares. Pero el 86% de toda esa riqueza está en manos del 10% de la población mundial. Y una ínfima minoría del 1% (los obscenamente ricos) posee la mitad de toda la riqueza del planeta. ¿Algo que ver con la justicia?
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Nota de Xavier Caño Tamayo en Eco Portal)
españoles viven bajo el umbral de la pobreza. Por lo que hay que concluir que si hay casi seis millones de parados, demasiados trabajadores asalariados, a pesar de tener empleo, no pueden huir de la pobreza. Y pobreza y desigualdad van de la mano. Según datos del banco Credit Suisse, la riqueza global en el mundo ha aumentado un 68% en los últimos diez años, hasta el máximo histórico de 241 billones de dólares. Pero el 86% de toda esa riqueza está en manos del 10% de la población mundial. Y una ínfima minoría del 1% (los obscenamente ricos) posee la mitad de toda la riqueza del planeta. ¿Algo que ver con la justicia?
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