NO COTIZAMOS, NO CONSUMIMOS,
DESAPARECEMOS DEL MAPA”
Escribe
ALBERTO SENANTE
Fuente
“PERIODISMO HUMANO”
12 de
noviembre 2013
Mientras que el desempleo no deja de crecer, cobrar el paro
o una pensión es cada vez más más difícil después de cada reforma. Miles de
jóvenes deben elegir entre emigrar o conformarse con una precariedad sin límite
de tiempo. A los mayores de 50 años sin trabajo parecen negarles incluso esas
opciones. Hablar de empleo en España es hablar de cifras y porcentajes
escandalosos. Los desempleados registrados en el INEM se acercan a
los 5
millones, mientras que la Encuesta de Población Activa habla de entorno a 6
millones de personas en España que no encuentran trabajo. Dicho de otros modo,
en varias Comunidades Autónomas uno de cada tres adultos no consigue empleo. Pero
algunas cifras son más que cifras, porque es sencillo imaginarse las historias
personales que llevan consigo. Como ese dato que habla de los 1.821.000 hogares
en los que ninguno de sus miembros tiene trabajo. O esos dos millones de
personas que ya han agotado la prestación de desempleo y se les ha dejado fuera
de cualquier tipo de ayuda. En estos últimos años, a medida que el desempleo
crecía, el apoyo a los parados se reducía en cada nueva normativa laboral. Los
recortes empiezan desde el mismo momento de quedarse sin trabajo: la última
reforma laboral redujo las indemnizaciones por despido a menos de la mitad, de
45 a 20 días de sueldo por año trabajado. A los seis meses: los nuevos parados
solo cobrarán el 50% del último sueldo, en vez del 60% anterior. Y cuando se
agota el paro: en julio de 2012 se endurecieron las condiciones para cobrar el
subsidio de 426 euros tras agotar la prestación de desempleo. Además, tampoco
han mejorado las alternativas a la suerte de milagro en que se ha convertido
ser contratado. No se ha aprobado ninguna medida que alivie realmente los
obstáculos a los que se enfrenta quien trata de crear una pequeña empresa o ser
trabajador autónomo. Y por otro lado, la reforma de las pensiones
que aprobó el
anterior Gobierno ya está ampliando la edad que da derecho a la jubilación. Un
aumento progresivo que concluirá en 2027, cuando la edad para acceder a una
pensión será de 67 años. Como la rabia de José Félix. Con 54 años, en paro
desde hace más de dos, que ve cómo el sistema le va dejando fuera poco a poco.
“No cobramos, no cotizamos, no consumimos, desaparecemos del mapa”, resume.José
Félix explica con orgullo su vida laboral. Durante 26 años se convirtió en “el
hombre para todo” en un estudio de urbanismo. Pero la desesperanza asoma en su
voz cuando reconoce que en dos años no ha conseguido una sola entrevista de
trabajo. “Ni siquiera te llaman por la edad”, protesta ante lo que califica de
una “clara
discriminación”, frente a la cual propone cuotas para mayores de 55 años en las grandes empresas. Los puños de este hombre tranquilo se cierran al hablar de las recientes reformas del Gobierno. “A mí personalmente la que más afecta es la última, el decreto del 15 de marzo”, dice con el convencimiento del que sabe de lo que habla. Explica que justo le pilló en medio la ampliación de los 52 a 55 años como edad mínima para recibir una pensión. Y cuando llegue a esa edad, al computarse ahora los ingresos de la unidad familiar tampoco recibirá ninguna ayuda. “A lo mejor tengo que separarme para cobrar algo”, bromea resignado.
discriminación”, frente a la cual propone cuotas para mayores de 55 años en las grandes empresas. Los puños de este hombre tranquilo se cierran al hablar de las recientes reformas del Gobierno. “A mí personalmente la que más afecta es la última, el decreto del 15 de marzo”, dice con el convencimiento del que sabe de lo que habla. Explica que justo le pilló en medio la ampliación de los 52 a 55 años como edad mínima para recibir una pensión. Y cuando llegue a esa edad, al computarse ahora los ingresos de la unidad familiar tampoco recibirá ninguna ayuda. “A lo mejor tengo que separarme para cobrar algo”, bromea resignado.
NOTA
del BLOG: Cuando la noticia nos dice que en España son cinco, o son seis los
millones de trabajadores que han quedado en la
calle, que vendrían a ser varias decenas de millones si tomamos a
miembros del núcleo familiar nos asombra un instante, pero entra a lo
impersonal de un anuncio. También pasa con los que mueren de hambre, con los
desalojados de sus casas, o con los cientos de millones o miles de millones que
ganan los bancos o la vida rumbosa de la corte de los reyes en sus varios
palacios. Aquí la nota recoge la vivencia de uno de esos millones. Un español
de 54 años que hace dos entro al paro. Se trata de José Félix. Escúchelo. El
debe saber que nunca va a tener un trabajo. Esa es la realidad. Ayer aquí mucha gente se alegró y festejo,
que Uruguay parece que va a estar en el Mundial al ganar 5 a cero. Y en otro orden estamos felices porque llega pronto Papa Noel…
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