"NUESTRA META ES DAR 120 CENAS AL DÍA"
Escribe
MARÍA JOSÉ ESTESO POVES
Periodista Miembro del
Colectivo editor de Diagonal
2 de noviembre 2013
SE EXPANDE LA POBREZA, CRECE EL APOYO MUTUO “LA AUSTERIDAD
HA PUESTO A ESPAÑA EN EL MISMO CAMINO QUE GRECIA”
Inspirados en una iniciativa que se desarrolla en Portugal,
se multiplican las comidas populares en las plazas y barrios a personas y
familias que pasan por situaciones difíciles. Diagonal entrevista al grupo de
activistas que reparten comida caliente en la Plaza de Tirso de Molina, una
iniciativa que se une a los bancos de alimentos autogestionados. De lunes a
jueves, a las 20.30h de la tarde, más de cien personas hacen cola en la plaza
de Tirso de Molina, en el centro de Madrid, entre los cubículos de madera que
venden flores. Esperan un plato de comida caliente, un sándwich y una pieza de
fruta. Jaime Alekos, activista y videoperiodista freelance, y otros tantos
voluntarios son los responsables del comedor popular en esta plaza, iniciativa
inspirada en los Centros de Apoio ao Sem Abrigo de Portugal, que funcionan
desde hace años y se han
extendido a más de 16 ciudades. Después empezaron a
surgir en Barcelona, donde los comedores populares en la calle funcionan desde
hace dos años, y desde hace uno en Madrid y otras ciudades. Los comedores,
organizados por voluntarios, junto con los bancos de alimentos de las asambleas
del 15M, están impulsando la solidaridad desde abajo. “Viene gente diversa,
personas que viven en la calle, otras que tienen casa pero que no les llega
para comer, familias con niños y, cada vez más, mujeres jóvenes. Nosotros no
preguntamos mucho, queremos mantener su dignidad”, dice Berna Wang, escritora
que coordina el grupo de voluntarios de los jueves. “Viene gente diversa,
personas que viven en la calle, otras que tienen casa pero que no les llega
para comer y, cada vez más, mujeres jóvenes. Nosotros no preguntamos mucho,
queremos mantener su dignidad" Wang explica cómo se organizan: “Cada día
unos veinte voluntarios cocinan en sus casas y por la tarde llevan las raciones
a la plaza”. La comida la compran, explica Wang, pero también obtienen
donaciones: “El otro día se acercó una persona que tenía huerta en un pueblo de
Madrid y se ha ofrecido a traernos hortalizas y otros productos. También se ha
acercado un frutero de Embajadores que nos va a entregar fruta”.
Los voluntarios preparan comida y sándwiches |
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