lunes, 4 de noviembre de 2013

NABILA Y ZUBAIR, 13 AÑOS, VÍCTIMAS DE DRONES…ENTRE MILES MÁS…

LA CRECIENTE RESISTENCIA 
A LAS GUERRAS DE OBAMA 
CON AVIONES NO TRIPULADOS

Escribe  
 AMY GOODMAN (*) 
Fuente  “Democracy Now!” 
2 de noviembre 2013

(*) AMY GOODMAN Locutora, periodista y escritora progresista de EE UU. Egresada de Harvard University en 1984, Fundo”Democracy Now” noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur. Traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español.

 “Antes no temía a los aviones no tripulados, pero ahora, cuando los veo sobrevolar, me pregunto: ¿seré la próxima víctima?”. Este es el testimonio de Nabila Rehman, una niña de 9 años de edad del noroeste de Pakistán, que resultó herida en un
ataque hace un año, en la localidad de Ghundi Kala. Nabila vio a su abuela, Mamana Bibi, volar en pedazos en el ataque. Su hermano, Zubair, también resultó herido. Su caso ha vuelto a centrar la atención en el polémico programa de asesinatos selectivos que se ha vuelto central en la política exterior y en la estrategia de guerra del Presidente Barack Obama a nivel mundial.“Tenemos un mensaje muy simple para Estados Unidos: ¿Cómo justifican matar a una abuela? ¿En qué modo eso nos hace más seguros?” Mustafa Qadri planteó esta pregunta en el programa de noticias de “DemocracyNow!”. Qadri es el autor de un nuevo informe de Amnistía Internacional
titulado “¿Seré la próxima víctima? Los ataques de Estados Unidos con aviones no tripulados en Pakistán” Rafiq ur Rehman, brindará testimonio acerca del ataque y de cómo destruyó a su familia. Su historia es relatada en un nuevo documental que se lanzará esta semana en forma gratuita en Internet.“ Eran las 14:45 del 24 de octubre de 2012. Después de finalizar las clases ese día, me dirigí al pueblo a comprar insumos escolares”. Cuando regresó, le dijeron que su madre había muerto. Había un cráter donde estaba su jardín. Su madre estaba recolectando ocra con los niños. “Ahí es donde mataron a mi madre. Como se suele decir, era un tesoro de plegarias. Solía contarle mis problemas. Ella me consolaba y me hacía olvidar mis preocupaciones.
Mi familia ha quedado destruida desde que mataron a mi madre”. En total, nueve niños resultaron heridos como consecuencia del ataque. El ataque siguió el parámetro típico: hubo un ataque inicial, seguido de otro dirigido contra quienes se acercaron a socorrer a los heridos. Este es el testimonio de Zubair, de 13 años de edad, ante el Congreso: “Cuando el avión atacó, la tierra tembló y se levantó un humo negro. Se sentía en el aire un olor . Corrimos, pero el avión disparó. Nos llevaron al hospital. Pasamos la noche sufriendo una gran agonía en el hospital, y a la mañana siguiente, me operaron”. Atacar a socorristas es un crimen de guerra. Mustafa Qadri, de Amnistía Internacional, explicó: “Por ejemplo, un grupo de trabajadores de una localidad muy pobre cerca de la frontera con Afganistán, fueron blanco de un ataque. Estaban dentro de una carpa y ocho de ellos murieron en el acto. Los ataques también son dirigidos contra las personas que acuden a rescatar a las víctimas o a buscar a los sobrevivientes.

No hay comentarios: