HAMBRE,
UN TEMA INCOMODO
LA
CUESTIÓN ES EL ACCESO
Escribe
BERNARDO KLIKSBERG (*)
Fuente “Pagina 12”
5 de diciembre 2013
(*) BERNARDO KLIKSBERG – (Argentina) Dr. en Economía.
Pionero de la "Ética para el Desarrollo”. Es de los principales expertos a
nivel mundial en lucha contra la pobreza. Autor de 50 libros y centenares de
trabajos en áreas críticas del desarrollo, la Responsabilidad Social
Empresarial, el capital social, la lucha contra la pobreza, El último libro
“Primero la gente” es best seller internacional, con 19 ediciones, escrita con
el premio Nobel de Economía Amartya Sen.
Uno de
cada ocho habitantes del planeta se va a dormir con hambre todas las noches. Se
estima que el mundo produce actualmente alimentos para 9000 millones de
personas y tiene 7200 millones. Diez millones de niños fallecen por año antes
de cumplir cinco años. Un tercio por desnutrición, la que causa, asimismo, que
165
millones de niños tengan retrasos del crecimiento. Si durante los primeros
mil días de vida, un niño no tiene la alimentación necesaria sufre graves
daños, que no son reversibles después. Según el Informe 2013 de la FAO, 2000
millones de personas sufren de “hambre escondida”. Carecen de uno o más de los
micronutrientes principales. Los déficit en vitamina A (30,7 por ciento de los
niños) impiden el funcionamiento normal del sistema visual. La falta de hierro
es uno de los factores que lleva a la anemia (47,9 por ciento) que afecta el
desarrollo cognitivo, el embarazo, la mortalidad materna. Las deficiencias en
yodo (30,3 por
ciento) impactan en el funcionamiento mental. Por otra parte,
los agricultores pobres están siendo especialmente afectados por las
consecuencias del cambio climático. El aumento de la frecuencia y magnitud de
los desastres naturales, y la desertificación de extensas zonas están
destruyendo precarios equilibrios de supervivencia. Dar a un niño una taza con los
micronutrientes que necesita cuesta sólo 0,25 centavo de dólar diario. Ello
significa 91 dólares anuales. Se gastan por segundo dos millones en armas. Destacan
que “en América latina es fundamental asociar las políticas de seguridad
alimentaria a la implantación simultánea de políticas masivas
de distribución
de la renta. La raíz del hambre y de la inseguridad alimentaria está en la
estructura desigual de la renta, y en su perpetuación y profundización”. Argentina
conoció el hambre en los ’90 de mano del modelo neoliberal.En un país con
capacidad de producir alimentos para diez veces su población, la foto de un niño
de Tucumán que murió de hambre recorrió el mundo. Del 2003 en adelante, las
políticas económicas inclusivas, las agresivas políticas sociales, el énfasis
en salud pública, nutrición y educación, la redistribución en los ingresos, el
programa estratégico agropecuario redujeron el problema a cifras mínimas, pero
que deben seguir siendo enfrentadas. A la desnutrición se suma hoy la obesidad.
Ciento treinta millones de latinoamericanos tienen sobrepeso. En ello inciden
la ingesta de “comidas basura” llenas de grasas ultrasaturadas, las bebidas
azucaradas, el exceso de sodio. Esa “dieta”, fomentada por ciertos intereses
económicos en los más humildes, produce daños circulatorios, diabetes y
diversas enfermedades. (Leer la nota completa )
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