domingo, 29 de diciembre de 2013

ENTREVISTA CON PETER DALE SCOTT (*) POR MAXIME CHAIX

LAS DROGAS 
Y LA MÁQUINA DE GUERRA 
DE ESTADOS UNIDOS

Fuente: Red Voltaire | 24 de diciembre de 2013- El ex diplomático canadiense aprovecha su jubilación para estudiar el Sistema de EE UUy lo describe en sus libros En esta entrevista responde a nuestro colaborador Maxime Chaix, traductor de sus trabajos al idioma francés. Fuente Diplomatie (Francia)
 



(*) PETER DALE SCOTT (Canada) Doctor en Ciencias Políticas, profesor de Literatura Inglesa de la Universidad de Berkeley. Poeta. Ex diplomático canadiense. Su primer libro traducido al francés “La Route vers le Nouveau Désordre Mondial “ (El Camino hacia el Nuevo Desorden Mundial) fue éxito editorial. Su reciente obra "La machine de guerre americaine" (La Máquina de Guerra de Estados Unidos), editado en francés por Éditions Demi-Lune en octubre de 2012. Publica regularmente sus notas en RED VOLTAIRE.

PETER DALE SCOTT: Permítame, ante todo, definir lo que yo entiendo por «conexión narcótica». Las drogas no entran en Estados Unidos por arte de magia. Le voy a poner un ejemplo que yo mismo cito en La Machine de guerre américaine
Maxime Chaix
. En ese libro yo menciono al general Ramón Guillén Dávila, director de una unidad antidroga creada por la CIA en Venezuela, quien fue inculpado en Miami por haber introducido clandestinamente una tonelada de cocaína en Estados Unidos. En total, según el Wall Street Journal, el general Guillén posiblemente envió ilegalmente más de 22 toneladas de droga a Estados Unidos. Sin embargo, las autoridades estadounidenses nunca solicitaron a Venezuela la extradición de Guillén. Incluso, en 2007, cuando [Guillén] fue arrestado en su país por haber planificado un intento de asesinato contra  Hugo Chávez, el acta de acusación contra ese individuo todavía estaba sellada en Miami. Lo cual no es sorprendente, sabiendo que se trataba de un aliado de la CIA. Pero la conexión narcótica de la CIA no se limita a Estados Unidos y Venezuela sino que, desde los tiempos de la postguerra, ha ido extendiéndose progresivamente a través del mundo. En efecto, Estados Unidos ha tratado de ejercer su influencia en ciertas partes del mundo pero, siendo una democracia, no podía enviar el US Army a esas regiones. Así que desarrolló ejércitos de apoyo (proxy armies) financiados por los traficantes de droga locales. Ese modus operandi se convirtió poco a poco en una
regla general. Ese es uno de los principales temas de mi libro “La Machine de guerre américaine”. En ese libro yo estudio específicamente la operación Paper, que comenzó en 1950 con la utilización por parte de la CIA del ejército del KMT en Birmania, [fuerza] que organizaba el tráfico de droga en la región. Cuando resultó que aquel ejército era totalmente ineficaz, la CIA desarrolló su propia fuerza en Tailandia (bajo el nombre de PARU). El oficial de inteligencia a cargo de esa fuerza reconoció que el PARU financiaba sus operaciones con importantes cantidades de droga. En el caso de Afganistán es interesante ver que durante los años 1970, a medida que el tráfico de droga disminuía en el sudeste asiático, la zona fronteriza pakistano-afgana se convertía poco a poco en punto central del tráfico internacional de opio. 

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