viernes, 27 de diciembre de 2013

EL MODELO SATISFACE LA VORACIDAD DE UNA MINORÍA

HAY ALIMENTOS PARA TODOS,
PERO CASI MIL MILLONES 
DE PERSONAS PASAN HAMBRE

UN CRIMEN ORGANIZADO


Escribe OLGA RODRÍGUEZ (*) 
Fuente  “eldiario.es” España
27 de diciembre 2013-12-27

(*) OLGA RODRÍGUEZ FRANCISCO (León, 1975) es una periodista internacional y   especializada en Oriente Medio. También escritora. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. (Debate 2012)  Luego de cubrir la invasion de Estados Unidos en Bagdad publico “El hombre mojado no teme la lluvia” (Debate, 2009)  Y después de las revoluciones árabes en el año 2011, tuvo  lugar la publicación del libro “Yo muero hoy”. Ha trabajado en Afganistán y otros escenarios bélicos. A la vez se ocupa en tematicas sociales como en el caso de la nota publicada hoy.

En el mundo hay suficiente comida para que todas las personas dispongan de los alimentos necesarios para gozar de una vida sana y productiva. Esta frase es una cita exacta rescatada de la FAO, la Organización para la Alimentación y Agricultura de Naciones Unidas. De hecho, según cálculos de la ONU, en la actualidad se producen alimentos para nutrir a 12.000 millones de personas en un planeta habitado por 7.000 millones. Y sin embargo, cerca de 3,1 millones de niños se
mueren de hambre cada año y una de cada ocho personas no recibe suficiente comida para estar saludable y poder llevar una vida activa, también según datos de la FAO. Además, más de 1.300 millones de personas viven con menos de un dólar al día, y casi 3.000 millones lo hacen con menos de 2 dólares. Mientras, los ricos son más ricos. Los 100 multimillonarios más adinerados del mundo poseen una fortuna de 2,1 billones de dólares -200.000 millones más que en 2012-, equivalente al 2,9% del PIB mundial. En España un total de 30 familias se reparte gran parte del capital. Las 100 mayores fortunas de la Bolsa suman 88.735 millones de euros, un 13% más que en 2012. Mientras, la pobreza infantil en nuestro país afecta ya al 26,7% de los menores de 16 años y la pobreza severa se ha duplicado en pocos años, alcanzando ya a 3 millones de españoles. Las cifras son contudentes: este modelo no funciona. O, dicho de otro modo, solo funciona para satisfacer la
voracidad de una minoría. El valor máximo del sistema actual es el dinero. Con el beneplácito de gobiernos y organismos internacionales, las corporaciones y multinacionales especulan con lo más básico, los alimentos, decidiendo así quién come y quién no, quién vive y quién muere. Casi 1.000 millones de personas pasan hambre en el mundo, mientras se desperdician o se retienen alimentos, mientras se especula con su precio, limitando por tanto el acceso a ellos. Hay en la imposición de aranceles, en el control de los cultivos ajenos, en la especulación de los precios de los alimentos -que, como ocurrió en 2008, puede dejar a millones de personas sin pan- todo un mecanismo que facilita que unos pocos ganen muchos millones de dólares a cambio de que otros se mueran de hambre. “En los últimos años el precio de los alimentos es muy inestable, es una montaña rusa que dificulta el acceso de las personas más pobres a alimentos nutritivos”, advierte la ONU. Por eso Jean Ziegler, ex relator de Naciones Unidas para Alimentación y posteriormente integrante del Comité consultivo de Derechos Humanos de la ONU, sostiene que en la actualidad opera una red de crimen organizado responsable de provocar el hambre en el mundo y “asesinatos masivos”. 

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