sábado, 21 de diciembre de 2013

INDIVIDUALISMO, COMPETENCIA, MATERIALISMO, GANANCIA, EL RACIONALISMO Y EL ARTE DE JODER AL OTRO



  HISTORIA, MAÍZ Y PETRÓLEO:    
MEXICO: LAS VÍAS DEL 
CAMBIO CIVILIZATORIO

Escribe VÍCTOR M. TOLEDO (*) 
Fuente “La Jornada” de México 
19 de diciembre 2013

(*) VÍCTOR M TOLEDO (Mexico) Doctor en ciencias, Investigador  de Etnoecología del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Autor de más de 100 publicaciones científicas. Editó 8 libros.,.Ha realizado valiosas aportaciones sobre las relaciones entre las culturas indígenas y la naturaleza.

Vuelvo a señalar que sin una perspectiva histórica, pero no sólo la de los historiadores, sino la de los paleontólogos, biólogos, geólogos, astrofísicos, resulta muy difícil comprender lo que realmente sucede hoy en el mundo. Debemos entender las estrellas, las rocas, las bacterias, los dinosaurios, las cucarachas y a nuestros antepasados antropoides y, en nuestro caso, a los antiguos
 mesoamericanos, para ubicarnos correctamente en el complicado, vertiginoso y desesperante mundo del presente. Más allá de las naciones, las ideologías, las razas, las creencias y las culturas, vivimos una crisis de civilización. La especie humana enfrenta una situación de emergencia provocada por la civilización industrial, tecnocrática y capitalista. Sin lograr percibir la dimensión de esta crisis, buena parte de los procesos actuales permanecen incomprendidos. Hoy el conflicto seminal, la madre de todas las batallas, es la que se da entre las fuerzas destructivas del capital globalizado y corporativizado y las fuerzas de la vida. Los valores que dominan son los que se han sembrado, generación tras generación, durante tres siglos de capitalismo, mercado, ciencia sin ética, tecnología y petróleo. Es el
dominio de lo privado y lo individual por sobre lo público y lo colectivo. Y todo eso viene encapsulado en los mitos de la ideología dominante: desarrollo, progreso, modernidad, competitividad, obsesión por dominar la naturaleza, tecnología. Y ese mundo se está derrumbando, está viviendo su fase terminal, una etapa de desesperación depredadora. Por más que digan, juren y perjuren que viene un futuro mejor, el ogro industrial no puede ya ofrecerle a la especie humana un mundo justo, seguro y pleno. El uno por ciento domina y explota al 99 por ciento restante, lo espía y lo vigila. El desequilibrio ecológico del planeta se expresa en fenómenos climáticos cada vez más extremosos y destructivos. Frente a lo anterior, la maquinaria enloquecida del capital es incapaz de detenerse y, especialmente, es incapaz de frenar la causa última de todas las desgracias: el petróleo, la sangre que alimenta y circula por todo el aparato industrial. ¡Y el petróleo se termina hacia el 2050! Frente a esta crisis de la civilización moderna, lo que más debemos cuidar, celosamente, son las reservas civilizatorias. 

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