lunes, 2 de diciembre de 2013

MÁS DE LA TERCERA PARTE DE MEXICO ESTA EN PODER DE LAS MINERAS

   MINERÍA:    
CAMBIAR EL MODELO EXTRACTIVO


Escribe  
FRANCISCO LÓPEZ BÁRCENAS(*) 
Fuente “La Jornada” de México 29 de noviembre 2013

(*) FRANCISCO LÓPEZ BÁRCENAS. Abogado. Escritor. Periodista.  uno de los más destacados teóricos del derecho indígena, asesor agrario y comprometido con las causas sociales en la Mixteca. Ensayos, artículos, libros “El Mineral o la Vida” “Lalegislacion minera en México” “Muerte sin fin” “Crónicas de represión en la Región Mixteca oaxaqueña”. Escribe  columnas de análisis político en el diario mexicano de  “La Jornada.”

Hace 21 años los neoliberales que gobiernan México modificaron el sistema jurídico que regula las actividades mineras, para   satisfacer la voracidad de las empresas transnacionales. En enero de 1992 modificaron el artículo 27 constitucional para permitir la entrada del capital privado al campo y autorizar a los ejidos la venta y arrendamiento de sus tierras. Para junio de ese mismo año aprobaron una nueva Ley Minera que entre otras cosas calificó esta actividad de utilidad pública y preferente, concentró las concesiones en una sola, con duración de 50 años
prorrogables por otro término igual. Igualmente se modificó la Ley Agraria para permitir contratos de arrendamiento de tierras por más tiempo que el estipulado en el Código Civil; la Ley de Aguas Nacionales para poner este líquido, indispensable para la vida, al servicio de las mineras, y la Ley de Inversión Extranjera para equiparar las empresas mexicanas a las extranjeras con una sola declaración de éstas. Los resultados de esta apertura son públicos: más de la tercera parte del territorio nacional se encuentra en poder de las mineras, la mayoría extranjeras, aunque también participan del botín las mexicanas como Grupo México, Grupo Peñoles y Grupo Frisco; la industria ocupa el cuarto lugar en generación de divisas pero hasta este año no pagaba ningún impuesto sobre las ganancias obtenidas y
por derechos a las concesiones sólo pagaban la irrisoria cantidad de 5.08 hasta 111.27 pesos semestrales por hectárea, sin importar el mineral de que se tratara. La riqueza de los dueños de las empresas mineras que operan en México ha contado con la anuencia de los gobiernos, igual que con su complicidad, pues aparte de abrirles el camino para que entren libremente han ignorado las quejas de los ciudadanos y pueblos por la devastación del medio ambiente, la contaminación del agua para consumo humano, la destrucción de los lugares sagrados de los pueblos indígenas y el asesinato de varios opositores, hechos ilícitos todos que han quedado en la impunidad. (Leer la nota completa)

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