jueves, 19 de diciembre de 2013

PERU COMERCIALIZA CON LA CARNE VIVA INDÍGENA

INDUSTRIA DEL TURISMO 
SOBRE LAS CENIZAS DEL
MILENARIO PUEBLO QUECHUA


Escribe OLLANTAY ITZAMNÁ (*) 
Fuente: Servindi. Publica “Biodiversidad” 
15 de diciembre 2013

(*) OLLANTAY ITZAMNÁ (Peru) Periodista, abogado, escritor y antropólogo. De origen indígena quechua. Reconocido investigador y militante por los derechos de los pueblos originarios del continente. Ha dicho que “afianzaron el sistema del capitalismo mercantil sobre las cenizas de la dignidad de los pueblos y de la Madre Tierra. Hace 521 años nos derrotaron, pero jamás nos vencieron” 


Los mercaderes folclóricos del Perú “moderno” venden con orgullo y algarabía las maravillas e inefables grandezas incas a propios y extraños, argumentado que son la herencia de “sus” milenarios ancestros. Pero, la industria del turismo en el Perú andino genera dólares para pocos y dolor y humillación para aborígenes quechuas, descendientes directos de arquitectos y constructores de las maravillas turísticas del Perú. La humillación, la sobreexplotación y el desprecio aniquilador que
padecen indígenas quechuas en el Cusco es igual o peor que en la época colonial. Veamos dos casos observados en el apoteósico “Santuario Histórico” del Machupicchu, declarado nada menos que por la UNESCO, hace 30 años atrás, como parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad. En México, a los cargadores esclavos se los denominaba tamemes, en el Perú se los llama porteadores. 

No conoce derecho laboral alguno. No conoce al dueño de las agencia de viajes, tampoco una instancia dónde acudir para quejarse de los abusos permanentes, sufre en el silencio y la impotencia. Pero necesita (para su familia) los

40 soles (14 $) de pago diario a cambio de cargar en sus espaldas el equipaje, comidas, bebidas y carpas (entre 25 a 28 Kl) para turistas que deleitan del exuberante y mágico Camino Inca. Las agencias de turismo cobran hasta 900 dólares por persona para recorrer el Camino Inca. A Machupicchu y Ollantaytambo ingresan diariamente (en temporada alta) entre 4000 a 6000 turistas.  El ingreso a las partes altas del Santuario del Machupicchu cuesta cerca de $ 40 por persona (sean nacionales o extranjeros), y sólo se compra con tarjeta por internet. Narrando las condiciones humillantes en las que cargan los equipajes, don Narciso nos dice en quechua: “Disculpaywanki. Huasinchispi alqhonchisraqmi noqhaykumantaqha aswan allinta mijunpas…” (Me disculpa.  Nuestros perros en nuestras casas comen mejor que nosotros), indica el cargador con los ojos preñados de dolor y lágrimas, indicando las condiciones denigrantes en las que cargan los bultos de turistas por el Camino Inca. 

 

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