Escribe ALFREDO SERRANO(*)
Fuente “Telesur” 31 de
diciembre 2013
(*) ALFREDO SERRANO MANCILLA- Periodista de
“TeleSur”. Doctor en Economía en Universidad
Autónoma de Barcelona (España) donde integra departamento de Economía Aplicada.
Coordinador América Latina de CEPS
(Fundación Centro de Estudios Políticos)
Acaba un año de alta densidad política en América Latina. La
región, en su conjunto, ha permanecido en constante movimiento, cada vez más
politizada y revitalizada, con un latido democrático que sigue interpelando al
injusto orden internacional establecido por los poderes económicos hegemónicos.
América Latina sigue inmersa en una tensa disputa interna sin poder quedar
ajena a la actual transición geopolítica/geoeconómica mundial que avanza hacia
un mapa multipolar. Esas dos dimensiones, la interna y la externa, muy
imbricadas entre sí, son determinantes para entender los vaivenes
políticos/económicos en esta zona geográfica en estos 365 días. Frontera
adentro
en un eje más vigoroso, Venezuela, Bolivia, Ecuador, y en el otro, algo
más light, Argentina y Brasil, pueden presumir de década ganada, caracterizada
ésta por el tránsito económico a un estadio posneoliberal que recupera al
Estado como actor político, salda la deuda social heredada de las décadas
perdidas. Este 2013, a la vez, ha sido
aprovechado por el otro bloque, el neoliberal, para seguir edificando la
Alianza del Pacífico, una suerte de ALCA en versión moderna, que aprende de los
errores del pasado: a) rectoría de Estados Unidos pero disimulada, b) con
multiniveles de integración, y c) sin aislarse del resto de procesos de
integración en curso. Esta nueva coalición se constituye así en otro intento de
dividir al Sur desde el Norte, pero sin estar exenta de grandes protestas
sociales en su fuero interno en respuesta a las políticas de (des)ajuste en
materia social. Al otro lado del Pacífico, está un Mercosur con Venezuela como
miembro pleno, y con Bolivia cada vez más cerca de serlo. Paraguay vuelve a su
seno, pero sin descartar que procure también de una salida al Pacífico. Ecuador
aún no se decide, pero todo parece indicar que caerá –por defecto- en este
bloque por peligro de acabar en terreno de nadie amenazado permanentemente por
las propuestas de TLC de la Unión Europea. Chile cambia de gobierno pero con
pocas esperanzas de una gran transformación en su política externa. La ALBA
tampoco se queda quieta y sigue su curso pero apostando por una relación más
estrecha con Petrocaribe y con Mercosur. Por su lado, la doctrina Monroe se
ceba todavía con Centroamérica sin permitirle que haya ningún gobierno que no
responda a sus intereses
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