jueves, 30 de enero de 2014

LA DESAPARICIÓN FÍSICA DE CHAVEZ INTRODUCE NOVEDADES EN LA CELAC QUE SE MANIFIESTAN EN OTRAS DIFICULTADES

LA CELAC DESPUÉS DE CHAVEZ

Escribe  
JUAN EDUARDO ROMERO (*) 
Fuente “Rebelión” 29 de enero 2014

(*) JUAN EDUARDO ROMERO (Venezuela) Doctor en Ciencias Políticas La Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela, donde es docente, escritor e Investigador en la  Facultad de Humanidades y Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Es un militante político que fuera cercano colaborador en la Administración del Comandante Chávez y continúa ahora en esa línea.


La CELAC, como mecanismo geoestratégico de respuesta contra hegemónica a la preponderancia histórica de los EEUU, encontró dos grandes figuras propulsoras: Hugo Chávez y Lula da Silva. Ambos respondieron a instancias de interpretaciones distintas pero coincidentes. Para Chávez, se trató siempre de
una articulación histórica, rescatando –o rememorando- las iniciativas que intentó impulsar Simón Bolívar con la convocatoria al Congreso de Panamá y que en su particular forma de ver la historia, hacía necesaria una redefinición en pleno siglo XXI. Para Lula, es más una respuesta a los impulsos y trayectorias de la política exterior brasileña y sus apetencias de transformación en una Potencia de 1er orden. Las dificultades son múltiples. Por un lado, el conjunto de problemas derivados de la naturaleza de los sistemas políticos existentes entre los países
miembros. El bloque Chile, México, Colombia, Perú, Panamá, Costa Rica, Honduras se corresponden con sistemas representativos corporativos. El Salvador, Bolivia, Ecuador, Venezuela y la propia Cuba, cuyo sistema de partido único es una excepción. Finalmente, se encuentran democracias más conciliadoras –pero declaradas de izquierda- como Brasil, Uruguay y Argentina. Esas sutiles –pero profundas- diferencias eran subsanadas por el liderazgo carismático de Chávez, que lograba “amarrar” en base a su inteligencia, a los diversos representantes para articular una geopolítica que comenzaba a tomar cuerpo. Su desaparición física, introduce novedades, que se
manifiestan en otras dificultades. Sobre todo las referidas a la articulación de las diferencias. El Presidente Nicolás Maduro, se enfrenta al reto no sólo de redirigir el proceso bolivariano, que ahora encabeza, sino al de sustituir a Chávez en el escenario-mundo. Esto genera suspicacias en algunos círculos de analistas, que subvaloran al novísimo mandatario, obviando que sí bien no tiene el liderazgo histórico de Chávez, fue su ejecutor durante los años 2006-2012. Maduro tendrá que dar muestras de saber cohesionar las diversas formas de acción política en lo interno de la CELAC, teniendo que ceder en determinadas situaciones y jugando a sumar a los elementos que puedan adherirse al planteamiento geopolítico y antiimperialista que caracteriza la posición del Bloque de Democracias Revolucionarias en la organización. 

 


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