…NO
QUERÍA PERDER MÁS
DE LO QUE NOS HABÍAN QUITADO”
ENTREVISTADA POR:
BLANCHE PETRICH
(Premio Nacional de Periodismo
de México 2013)
Fuente “La
Jornada” de México
Lunes 20 de enero 2014
En una
carta fechada en 1995, Juan Gelman se preguntaba si su nieta o nieto tendría
los ojos marrón claro de su nuera Claudia o verde-grises de su hijo Marcelo. Al
final resulta que Macarena, su nieta, robada al nacer, tiene la mirada verde
gris. Y que se parece al abuelo. "Es lindo saberlo. Una de las primeras
cosas que uno busca cuando descubre, como yo lo logré hacer, su verdadera
identidad, son los parecidos con la familia biológica". Entre Juan Gelman
y la nieta recuperada abundan los parecidos, no solo físicos. Timidez, una
cierta gravedad que se despeja cuando fluyen las palabras, celo por la vida
privada. Y otras cosas "más mundanas" que Macarena Gelman García
Iruretagoyena cuenta en entrevista: "Mi abuelo y yo bromeábamos. Él llegó
a estudiar química antes de decidir que lo suyo era la poesía. Yo escribí
cosas
antes de ingresar a la facultad de Química. Pero nunca se las enseñé. Imagina
lo que es enseñarle a tu abuelo un texto y tener que esperar la crítica de
Gelman. ¡No, gracias!". Macarena, que hoy tiene 37 años, pudo despedirse
del abuelo. Sentada en el estudio de Gelman en el departamento de la calle
Atilxco, cuenta que en diciembre estuvo en la Ciudad de México, un grato
encuentro con la familia Gelman en pleno. El poeta recién había salido del
hospital. Se dijeron adiós con plena conciencia de que sería la última vez.
Hace unos días regresó, apenas recibió la noticia de su muerte, para asistir a
su velorio. Un viaje difícil, ya que en un hospital de Montevideo convalece su
madre adoptiva, Esmeralda, una mujer mayor y muy enferma. Actualmente trabaja
en la secretaría de Derechos Humanos de Argentina y colabora con Abuelas de la
Plaza de Mayo. Es responsable, precisamente, de la búsqueda e identificación de
otros chicos apropiados en Uruguay o de uruguayos trasladados a
Argentina.
"Estos encuentros son algo más que una gran alegría. No solo es
reconfortante reconocernos, platicar nuestras historias. Es justo ahí, en ese
recuperarnos, donde empieza a ponerse en evidencia el fracaso de lo que fue ese
plan de exterminio de las dictaduras militares". Se presume que la
dictadura argentina robó a entre 400 y 500 niños de víctimas de la represión
que fueron entregados a familias de represores. Hay hasta la fecha 109 hijos
recuperados. Un solo caso en Uruguay, el de Macarena. Hay otros 14 casos de
hijos de uruguayos localizados en Argentina. Sus padres fueron capturados por
militares argentinos en Buenos Aires en agosto de 1976. Estuvieron internados
en el centro de exterminio "Automotores Orletti", desde donde se
operaba parte del "Plan Cóndor" que permitía a las dictaduras de la
región coordinar las acciones de represión. El papá, Marcelo Gelman Schuberoff,
de 20 años, fue ejecutado días después. La mamá, Claudia, entonces de 19 años y
embarazada, fue llevada en secreto, ilegalmente, en un avión militar a
Montevideo.
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