lunes, 17 de febrero de 2014

CONFLICTO EN COMUNIDAD NAHUA DE MEXICO QUE JUAN RULFO INMORTALIZÓ EN SU LIBRO “PEDRO PÁRAMO”

ZACUALPAN: 
UN PUEBLO CONTRA LA MINERÍA

Escribe  
FRANCISCO LÓPEZ BÁRCENAS (*)   
Fuente “La Jornada” de México 
14 de febrero 2014  

(*) FRANCISCO LÓPEZ BÁRCENAS – Militante de la causa de los pueblos originarios. Abogado mixteco. Maestro en desarrollo rural por la Universidad Autónoma Metropolitana.  Autor de numerosos libros siendo en la actualidad uno de los más destacados teóricos del derecho indígena en el continente; asesor agrario( en[Red Voltaire Rebelion “La Jornada”y otros varios medios del  en la prensa alternativa) Autor de “Por una nueva legislación minera” “Invasión anticonstitucional de la minería” "San Juan Copala, dominación política y resistencia”

"Aquí hay oro y quien sabe cuántos metales más; pero desgraciado el que se le ocurra trabajarlos, porque hará infelices a estos ranchos y traerá un sinfín de calamidades". La frase es de Agustín Yáñez, el escritor tapatío autor de “Las tierras flacas”, donde retrata los efectos que provoca la modernidad en los pueblos rurales
y advierte acerca de los nocivos efectos de la industria minera sobre los seres vivos y la naturaleza toda. En Zacualpan, comunidad nahua ubicada en el municipio de Comala, el lugar que Juan Rulfo inmortalizó en su Pedro Páramo, lo saben. Desde hace meses sus habitantes luchan por echar abajo dos concesiones que autorizan a sus titulares extraer oro, plata, hierro, cobre y manganeso, sobre una extensión de 200 hectáreas, de las 360 que el gobierno federal ha otorgado en el estado, que abarcan prácticamente todo su territorio. Como sucede en otras latitudes de la República mexicana, para la autorización de la exploración y extracción de esos metales de las entrañas de la tierra el gobierno ni siquiera avisó a los afectados, menos les pidió su consentimiento, como era su obligación. Por eso, y porque dichas actividades afectarían a cerca de 3 mil personas que componen la comunidad, éstas andan inconformes. Y no es para menos, pues si las actividades mineras llegan a realizarse, aparte de destruir su
Juan Rulfo
s tierras comunales correrían la misma suerte la biodiversidad de la región y el agua, que terminaría contaminada. Esto último tendría efectos expansivos debido a que en Zacualpan nace el manantial que abastece Colima y Villa Álvarez, dos ciudades
grandes del estado, lo que podría representar una afectación para 270 mil personas más fuera de la comunidad donde la minería pretende instalar sus reales. Como medida defensiva y echando mano de su derecho a la autonomía, el 18 de noviembre pasado los habitantes de Zacualpan, organizados en el Consejo Indígena por la Defensa del Territorio de Zacualpan y apoyados por varias organizaciones locales y nacionales, acordaron no otorgar su consentimiento para la instalación de la mina.  

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