EN EL CONJUNTO DE LOS SERES
Escribe LEONARDO BOFF (*)
Fuente: http://servicioskoinonia.org/
Viernes 21 de marzo 2014
(*)LEONARDO
BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología
de la Liberación. n 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida
por el Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia,
Carisma y Poder” . Profesor de, ética y filosofía en Brasil. Conferencista en
muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund,
Lovaina, París, Oslo, Turín. Escribió más de 100 libros, traducidos a muchas
lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood
La ética de la sociedad dominante en el mundo es
utilitarista y antropocéntrica. Es decir: considera ilusoriamente que los seres
de la naturaleza solamente tienen razón de existir en la medida en que sirven
al ser humano y que este puede disponer de ellos a su gusto. Él se presenta
como rey y reina de la creación. El universo, la Tierra y los ecosistemas no
necesitaron de nosotros para organizarse y
ordenar su majestuosa complejidad y
belleza. Cada ser tiene un valor intrínseco, independiente del uso que hacemos
de él. Representa una manifestación de aquella Energía de fondo, como dicen los
cosmólogos, o de aquel Abismo generador de todos los seres. Cada ser tiene un
valor intrínseco, independiente del uso que hacemos de él. Representa una
manifestación de aquella Energía de fondo, como dicen los cosmólogos, o de
aquel Abismo generador de todos los seres. Tiene algo que revelar que solo él,
hasta el menos adaptado, lo puede hacer y que enseguida, por la selección
natural, desaparecerá para siempre. Pero a nosotros nos cabe escuchar y
celebrar el mensaje que tiene para revelarnos. Lo más grave, sin embargo, es la
idea que toda la modernidad y gran parte de la comunidad científica actual
proyecta del planeta Tierra y de la naturaleza. Las consideran simple “res
extensa”, una cosa que puede ser medida, manipulada, según el rudo lenguaje de
Francis Bacon, «torturada como lo hace el inquisidor con su víctima, hasta
arrancarle todos los secretos». El método científico predominante mantiene, en
gran parte, esa lógica agresiva y perversa. (ir a la
reflexión completa)
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