jueves, 10 de abril de 2014

ANALIZANDO MI "RECORRIDO", ME PLANTEO ¿CUÁNTAS COSAS COMPRE QUE YO NO NECESITABA? ¿POR QUE LAS COMPRE...?

GRAN HERMANO 
EN EL SUPERMERCADO

Escribe  ESTHER VIVAS (*) 
Fuente “EcoPortal” 1 de abril 2014

(*) ESTHER VIVAS (Sabadell, 1975) Es una activista española autora de diversos libros y publicaciones sobre movimientos sociales. Licenciada en periodismo y diplomada en estudios superiores de sociología por la Universitat Autònoma de Barcelona es una luchadora incansable de la resistencia cívica, activista e investigadora en movimientos sociales y políticas agrícolas. .Desmonta uno a uno los mitos sobre los cuales está construído el actual sistema agroalimentario. Explica el criminal negocio de las técnicas y empresas alimentarias

Asociamos la compra en el “Super” a modernidad, autonomía, libre elección, pero hay pocos lugares de nuestra vida cotidiana, tan controlados y monitoreados. Tras nuestra adquisición, aunque no lo parezca, hay mucho en juego  Nada queda al azar. Todo está pensado para que compremos. Cuanto más mejor. Llegamos al 'súper' y unos carteles, en general de colores claros, nos dan la bienvenida. Cogemos el
carrito tan grande que mucho hay que llenarlo para que no parezca vacío El carro por más que lo lleves recto siempre gira de cara al estante y allí ves, como quien no quiere la cosa, un nuevo artículo que no esperabas..¿Por qué pondrán siempre lo que más te hace falta al final del establecimiento? Un hilo de música con ritmo suena de fondo, y está allí animándote a comprar. Miras precios y no entiendes porqué nunca los importes son redondos, Suerte que te fijas en todos aquellos que acaban en 9, y así ahorras un poco. Aunque, tal vez, tampoco haya tanta diferencia entre pagar un céntimo más o menos. Eso sí, el producto parece más barato. Avanzo  buscando el paquete de arroz ; ya lo han cambiado otra vez de lugar. No entiendo por qué cada poco tiempo mueven los productos de sitio. de nuevo, dar mil vueltas. Eso sí, al reaprender el camino descubro nuevos productos  que antes ni me había fijado. Sólo me queda coger 
detergente. A la altura de los ojos veo esa marca que dicen por la tele deja la ropa tan limpia. Tomo el envase y, miro el precio... ¡qué caro!  Observo arriba y abajo  otra marca menos conocida pero más económica. Me agacho y la agarro. ¿Por qué la pondrán en un lugar más difícil? Llega pasar por caja. En la cola y aburrida por la espera veo esos chocolates, caramelos, golosinas... y a solo un palmo. Imposible decir "no". Venga, un día es un día, a la cesta. Analizando mi "recorrido". ¿Cuántas cosas he comprado que no necesitaba? Se calcula que entre un 25% y un 55% de nuestra compra es compulsiva. Sin ser conscientes, somos conejillos de indias en un gran laboratorio llamado 'súper'. Nuestros movimientos nunca pasan desapercibidos, una cámara u otra, colocada aquí o allá, lo registra. Pero, ¿qué se hace con esas imágenes? ¿Sabemos cuándo
nos están grabando? ¿Podemos acceder a esas filmaciones? El profesor Andrew Clement de la Universidad de Toronto y fundador del Instituto de Identidad, Privacidad y Seguridad señala nuestra indefensión ante estas prácticas. Según un estudio llevado a cabo por su equipo en Canadá, ninguna de las cámaras colocadas en los mayores centros comerciales canadienses cumplía los requisitos de señalización a los que obligaba la Ley. Aquí, en Europa, la polémica, también, está servida. No tenemos ni idea de qué ni cómo ni cuándo graban ni qué hacen con las
imágenes. Dicen que comprar en el supermercado del futuro será más práctico, cómodo, ágil, rápido y no tendremos que hacer colas ni pasar por caja. Todo, gracias, entre otros, a la tecnología de identificación por radiofrecuencia o etiquetas RFID. Unas etiquetas que contienen un microchip y que registran información detallada sobre la "vida" del producto en el que se encuentran. Son como un número de serie único que almacena y emite, a través de una antena, datos específicos sobre ese artículo. (ir al informe completo)

No hay comentarios: