jueves, 10 de abril de 2014

LOS GOLPISTAS DEBEN SER RESPONSABILIZADOS POR ESE CRIMEN COMO VARIOS JURISTAS LO ESTÁN PIDIENDO

   1964 EN BRASIL:   
GOLPE DE LA CLASE CONSERVADORA
CON EL PODER MILITAR

Escribe LEONARDO BOFF (*) 
 8 de abril 2014

(*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. en 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de, ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Escribió más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood

El 50 aniversario del golpe militar, no puede dejar indiferente a ningún ciudadano honesto. Fue un crimen contra la constitución y la soberanía popular. Ningún poder se legitima por sí mismo; lo hacen solo los dictadores, que pisotean cualquier derecho. El golpe militar configuró la ocupación violenta  del Estado para, desde
Dilma Roussef tenia 17 años
ellos, montar un orden regido  por el Estado de terror. No debemos dejar en el olvido a los 246 campesinos muertos o desaparecidos entre 1964-1979.Y la eliminación con bombas de napalm de muchos indígenas, considerados una traba para el crecimiento económico. Contra “sospechosos” no solo había vigilancia, sino persecución, prisión, interrogatorio humillante, el pau-de-arara feroz, los ahogamientos desesperantes. Los “suicidios” alegados malamente camuflaban el simple asesinato. Causa espanto y hasta constituye un problema filosófico la falta de remordimientos que el coronel reformado Paulo Magalhães manifestó recientemente a la Comisión Nacional de la Verdad por haber actuado en la Casa de la Muerte de Petrópolis, haber torturado, asesinado, mutilado cadáveres y haber ocultado el cuerpo del diputado Rubens Paiva. El Estado dictatorial militar expulsó u obligó a exiliarse a nuestras más brillantes inteligencias y a nuestros artistas más creativos. Ahogó a
Joao Gulart
líderes políticos y dio ocasión a la aparición de súcubos que, oportunistas y desprovistos de ética y de brasilidad, se vendieron al poder dictatorial a cambio de beneficios que iban desde estaciones de radio a canales de televisión. Muchos de ellos están ahí, políticamente activos y ocupando altos cargos de la administración del Estado democrático. Los militares inteligentes y nacionalistas de hoy deberían darse cuenta de cómo fueron pérfidamente usados por aquellas élites oligárquicas y anti-populares que no buscaban satisfacer los intereses generales de Brasil sino alimentar su voracidad particular de acumulación protegidos bajo el régimen autoritario de los militares. Dedico este artículo a mi compañero de seminario Arno Preis, lleno de hambre de justicia, muerto en Paraiso do Norte, GO, el día 15/2/1972.  ( ir a la nota completa)

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