Y LA
VIOLENCIA ARGENTINA
JOSÉ PABLO FEINMANN (*)
Columnista de
“Página 12”
Buenos Aires, 18 de mayo 2014
(*) JOSÉ PABLO FEINMANN (Buenos Aires, 1943) Es un
filósofo, docente, escritor, ensayista, guionista y conductor de radio y televisión
argentino. Es licenciado en Filosofía y fue profesor universitario en la
Universidad de Buenos Aires. Su programa recibió 5 estrellas de 5. En él
despliega las propuestas de los grandes pensadores de todos los tiempos. Con
Horacio González es autor del libro “Historia y pasión”, que reúne un
fructífero diálogo entre ambos
Mafalda nace en
1964 y deja de publicarse el 25 de junio de 1973. Las precursoras de la niña
tierna, inteligente y politizada de Quino se encontrarán en La pequeña Lulú.
Sobre todo, postulemos, en Lulú. La niña de Marge –que es su discutida autora–
no se ocupa de política ni parece tener una gran inteligencia. Su amigo Tobi,
menos. Tobi pertenece al mundo de los varoncitos. Hacen una casita en lo alto
de un árbol y ponen un cartelito que enuncia: “No se admiten mujeres”. Las
aventuras de Lulú son muy ingeniosas y aún hoy –veteranos como nosotros–
podemos leer con
placer algunos de sus comics. No sólo por nostalgia de los
tiempos lentos y hermosos de nuestra infancia, sino como genuino
entretenimiento. Los comics son un arte descollante. Literatura dibujada, como
había sentenciado Oscar Massota en los sesenta y con gran penetración e
ingenio. Los otros antecedentes de Mafalda, sin tener la fuerza de Lulú, son
Periquita hace lo que puede y esa obra maestra de Bataglia, María Luz, con su
pancita al aire y su desbordante inteligencia. Ninguna como Mafalda, en la
opinión de muchos. Que comparto. La niña de Quino es una libertaria que no cesa
de pedir paz, amor y no violencia en el mundo convulsionado de los sesenta.
(Pensemos, muy especialmente, en la guerra de Vietnam.) Pero Quino, a través de
Mafalda, expresas sus ideas, muchas de ellas agresivas con el establishment.
Por
ejemplo: Mafalda está por entrar al colegio. Agarra un metro y se mide la
cabeza. Entonces, preocupada, dice: “¿Entrarán aquí todas las cosas que en el
colegio me van a meter?” Y cuando se impone el golpe brutal del cursillista Onganía,
la niña, en un solo dibujo que abarca toda la tira apaisada que salía en El
Mundo, dice: “Pero entonces todo eso que me enseñaron en el colegio...”. Sí,
Mafalda, son versiones interesadas que responden a la ideología de los sectores
triunfadores, los del poder, los del establishment. Ellos dominan la educación
y los niños argentinos se han educado según las ideas de las clases dirigentes.
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