miércoles, 28 de mayo de 2014

PUEDE TENER CONSECUENCIAS IMPORTANTES EN NUMEROSOS PLANOS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

ACERCAMIENTO CHINA-RUSIA
GEOPOLÍTICA Y MODELO SOCIAL

Escribe  
XULIO RÍOS (*) 
Fuente “Rebelión” 
26 de mayo 2014

(*) XULIO RÍOS -  (Moaña, 1958) Analista, Periodista y escritor. Profundo estudioso de la sociedad china. Graduado Social y licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, Director del Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional y también del Observatorio de la Política China. Autor de "China pide paso. De Hu Jintao a Xi Jinping" (Icaria, 2012).entre otros. Columnista en importantes medios de prensa.

Muchos se habrán frotado las manos al ver como en la cumbre de Shanghai, China y Rusia acercaban posiciones en lo estratégico con la firme voluntad de alentar un reequilibrio global capaz de poner fin a un sistema internacional que tras el fin de la guerra fría ha derivado en un dominio prácticamente absoluto de los intereses
hegemónicos occidentales. El entendimiento sino-ruso puede tener consecuencias importantes en numerosos planos de las relaciones internacionales, hasta el punto de llegar, quizás, a consolidar un eje de acción con impactos en las grandes estructuras internacionales existentes o por crear. En pocos meses, a la vista de la dinámica de los BRICS, por ejemplo, podremos constatar en qué medida dicha previsión se confirma, disipando poco a poco las sombras que aún persisten en su relación bilateral, que las hay. En cualquier caso, con independencia de dichos desarrollos, lo ciertamente lamentable es que este enfoque alternativo del orden mundial vigente no vaya acompañado de expectativas y propuestas creíbles en el orden social sustancialmente diferentes a las promovidas por los países de
Occidente. Mientras en Europa, su modelo se hunde ante la premisa de que el progreso económico requiere el sacrificio del progreso social, ninguno de los países que promueve una agenda geopolítica diferente se caracteriza por alentar una política social basada siquiera en los estándares que, por ejemplo, han caracterizado el trazo comunitario hasta hace bien poco. En la Rusia de Putin, tras años de capitalismo salvaje que han hecho tabla rasa de buena parte de los avances sociales de la era soviética, el Kremlin abraza igualmente el neoliberalismo mientras se sirve de
glorias pasadas para templar y loar el repunte nacionalista. En el caso chino, con un partido comunista en el poder, el caso es más llamativo aún. Todo descansa en la idea de que el desarrollo económico mejorará las oportunidades y condiciones de vida de todos los ciudadanos. En términos generales, esto puede llegar a ser cierto, pero si entramos en la letra pequeña, la persistencia de las desigualdades sociales y las carencias, reconocidas, en numerosos campos, nos ofrecen un panorama poco alentador. (…ir a la nota completa)



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