DEL FRAUDE INOCENTE
Çolumnista en “La Jornada”
de Méxiço 25 de junio 2014
(*)ALEJANDRO
NADAL- Escritor, Periodista. Doctor en Economía (Université de Paris-X). Analista
de opinión en “Reggio's”, artículos, blogs, documentación, ensayo, periodismo ciudadano.
Miembro del Consejo Editorial de SinPermiso, acaba de publicar un importante
libro de macroeconomía. Columnista de “La Jornada” de México y varios otros
medios de America y Europa.
¿Cómo
puede ser "inocente" un fraude? En su último libro, “La economía del
fraude inocente” (publicado en 2004), el gran economista John Kenneth Galbraith
aclara el misterio. La idea de fraude inocente nos remite a una serie de
análisis y supuestos equivocados que han sido adoptados por los economistas
convencionales, es decir, los que sirven a los poderes establecidos. Esos
análisis se han erigido en mitos y causan daños incalculables. Para Galbraith,
esos economistas convencionales no sólo están equivocados, sino que son
demasiado torpes para darse cuenta de sus errores. Es decir, pueden perpetrar
el fraude pero son incapaces de entender lo que están
haciendo. Y si por acaso
alguno de estos economistas oficiales aclara que sí entiende lo que está
haciendo, entonces la presunción de inocencia se remplaza por una acusación de
alevosía, premeditación y ventaja. Entre los fraudes inocentes que cultivan los
economistas convencionales se encuentra el uso del término "sistema de
mercado" para referirse al capitalismo. Galbraith sabía muy bien que estos
dos términos no son sinónimos y que el origen del capitalismo se basa en una
profunda distorsión del funcionamiento de los mercados. No sólo impera en el
capitalismo una forma de circulación monetaria que nada tiene que ver con la
circulación de mercancías en el mercado, sino que en el capitalismo el trabajo
y la naturaleza se convierten en mercancías. El mercado es la tierra en la que
crece el capitalismo como una maleza que todo lo invade. Al contrario de lo que
se piensa comúnmente, el capitalismo acaba por destruir el mercado. El libro de
Galbraith identifica otros ejemplos de fraude inocente perpetrados por
economistas oficiales. Uno muy importante es la distinción entre "sector
privado" y "sector público". En realidad, nos dice Galbraith,
los intereses de las grandes corporaciones son ahora la prioridad para los
planes y políticas de los gobiernos.
John Kenneth Galbraith |
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