jueves, 26 de junio de 2014

MÁS QUE LA MASACRE, FUE LA DESTITUCIÓN DEL PRESIDENTE FERNANDO LUGO

PARAGUAY: A DOS AÑOS DE 
LA MASACRE DE CURUGUATY

Escribe DELIA C. RAMÍREZ (*)
Fuente “Sin Permiso”  
 22 de junio 2014
(*) DELIA C. RAMÍREZ – Periodista. Becaria de CONICET/UNSAM e integrante del Movimiento 138, colectivo de resistencia cultural en Paraguay. “El proceso de globalización de la agricultura se presenta de un modo muy similar en los diferentes países de América Latina…”

Los muertos siguen bien muertos, los campesinos presos, los verdaderos responsables continúan impunes, una real investigación sigue faltando. Las oligarquías sojera y ganadera potencian su poder bajo un manto democrático y la hegemonía del Partido Colorado. La única diferencia radica en los focos de resistencia que se recrean y multiplican fortaleciendo una red de solidaridades que prolifera en el mundo. Se cumplen dos años de la Masacre de
Curuguaty ocurrida el 15 de junio de 2012 en Paraguay, cuando fueron asesinados once campesinos y seis policías en un desalojo con importantes irregularidades y en condiciones dudosas. En ese momento, más que la masacre en sí misma, fue la rápida destitución del entonces presidente Fernando Lugo aquello que llamó la atención de los medios internacionales. Después, no hubo mayor atención al tema, más que algunas informaciones espasmódicas que llegaron desde el paisito del sur. Hoy ya no quedan dudas: la Masacre de Curuguaty, también conocida como la Masacre de Marina Kue, fue la primera puntada de un complejo armado mafioso que chorrea impunidad. Curuguaty es un emblema de la injusticia social que se origina con el problema de la tenencia y explotación de la
tierra en Paraguay. Observando este caso, pueden apreciarse razones estructurales y coyunturales. La extranjerización y concentración de las tierras, lo que se conoce como acaparamiento, se viene produciendo en Paraguay durante toda su historia desde la Guerra de la Triple Alianza, cuando se inició el modelo de enclaves extractivos que otorga a los empresarios el predominio para el usufructo. Pero un episodio fundamental para los problemas actuales sucedió durante la larga dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), cuando prácticamente él regaló a sus socios y amigos alrededor de 8 millones de hectáreas de tierras del Estado. Entre estas personas, se encontraban muchos colonos brasileños hoy convertidos en señores feudales, terratenientes, conocidos como los “brasiguayos”. 
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